El abogado defensor, Pablo Rotondi, buscó revertir el fallo con dos argumentos principales. Por un lado, dudó de "la comprensión del jurado" por el escaso tiempo que se tomó para dictar un veredicto y también criticó el sistema ya que "los jurados deberían poder explicar las razones por las cuales llegaron a esa sentencia para poder controlarlas".
La otra línea de crítica de la defensa fue que los testigos presentaron varias contradicciones acerca de la autoría de Mojo Zuñiga en los disparos.
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Recurso rechazado
La Suprema Corte de Justicia, tal como ha hecho en todos los juicios por jurado, confirmó la condena a prisión perpetua. Los siete ministros descartaron una vez más que se pueda discutir la soberanía de la ciudadanía al momento de dictar un veredicto.
Por otro lado, plantearon que los dos testigos presenciales de la causa coincidieron en que fue el Mojo Zúñiga el asesino. Se trata de la persona que manejaba la moto desde la cuál se efectuó el disparo y de un amigo que caminaba con Felipe Carrizo.
Por último, una cámara de seguridad que captó el momento del crimen en Guaymallén graficó que la víctima fue atacada por la espalda y sin chances de defenderse, según los jueces.
Crimen en Guaymallén
El 5 de febrero de 2020, Felipe Carrizo se encontraba caminando por calles Delgado y Sarmiento, en el interior del barrio Belgrano, a un kilómetro de la casa donde vivía. En ese momento, pasó por el lugar Rodrigo Zúñiga, un joven con quien tenía problemas. Carrizo le gritó "Mojo, olor a pata". Segundos después, el sospechoso volvió a pasar por el lugar y le efectuó un disparo por la espalda con un arma tumbera. Carrizo murió a los pocos minutos tras recibir 7 heridas de perdigones.