Todo Eco, fábrica de bolsas ecológicas
El emprendimiento de bolsas reciclables, ubicado en Maipú, tiene un propósito social: incluir en el trabajo a mujeres desocupadas.
Foto: Nicolás Rios/Diario UNO
“De entrada trabajamos bajo ese concepto de la ecología que a nosotras nos llamaba la atención. Ahora todo tiene que ser ecológico y sustentable, pero en esa época, en 2008, había muy poca gente que hablaba del cuidado ambiental y a nosotras nos preocupaba la cantidad de plásticos que había tirados”, recuerda Patricia Velázquez en esta entrevista con Diario UNO.
En 2010 llegó un giro decisivo: la prohibición del uso de bolsas de plástico en Mendoza. Todo Eco ganó una licitación en la Municipalidad de Godoy Cruz para confeccionar bolsas reutilizables y, sin saberlo, dio un salto hacia el futuro.
Bolsas que cuidan el ambiente y empoderan a mujeres
La empresa creció de a poco. En 2015, Todo Eco se convirtió en una sociedad anónima, y en 2018 ya exportaba productos a países como Chile, Uruguay, Colombia y Estados Unidos. La incorporación de tecnología de avanzada en 2021 consolidó su capacidad de producción de bolsas ecológicas personalizadas.
Sin embargo, lo que destaca desde sus inicios a este emprendimiento es que sus responsables dan trabajo a mujeres amas de casa o estudiantes. Ese propósito social resignifica la mirada comercial, que va más allá de confeccionar envoltorios sustentables para todo tipo de productos.
Y es el doble desafío de sostenibilidad y empleo femenino lo que llevó a Todo Eco a recibir distinciones en la provincia y en el país. Patricia Velázquez obtuvo el premio a Mujer Pequeña Empresaria de Mendoza 2025 por parte de la CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa) y hace unas semanas sumó el premio de la Municipalidad de la Ciudad de Mendoza “Mujeres en Innovación”, en la categoría Mujeres & Sostenibilidad.
Todo Eco, fábrica de bolsas ecológicas - Patricia Velázquez
Patricia Velázquez es diseñadora industrial, tiene 59 años y hace 16 que fundó Todo Eco junto a su socia, Emilia Rozzi.
Foto: Nicolás Rios/Diario UNO
“Siempre estamos innovando, mejorando, con el mismo concepto de que en la cadena de valor trabajen señoras que necesitan llevar un sustento a sus hogares, que les sea difícil conseguir trabajo porque tienen niños chiquitos, por la edad, por lo que sea. Es a esas mujeres a quienes más beneficiamos en la selección de modistas”, explica la diseñadora industrial.
La planta de Todo Eco está ubicada en Russell, Maipú, pero su verdadero motor son las mujeres que trabajan desde sus hogares. “En el momento más alto de exportación llegamos a tener más de 85 modistas externas, más la gente que había en la planta. Ahora tenemos 10 personas en la fábrica y 30 modistas independientes que cosen desde sus casas”, precisa Velázquez.
La sustentabilidad hecha en bolsas a medida
Así las cosas, esta empresa no solo fabrica bolsas, mochilas y fundas con materiales ecológicos. También genera oportunidades. Desde el inicio, Patricia y su socia se propusieron incluir a mujeres que encuentran barreras para ingresar al mercado laboral: amas de casa, madres jóvenes, mujeres mayores o estudiantes.
Y esta misión social y comunitaria surgió a partir de una experiencia cercana, según nos cuenta Velázquez. “Nos sensibilizaba mucho una señora, la primera que nos cosía las bolsitas, que nos contaba las penurias que tenía que pasar para cobrarle a un proveedor. Eso nos hizo pensar: ¿por qué la buena gente tiene que estar pasando por esto? Como mamás, nosotras también vivíamos la dificultad de combinar el trabajo con la crianza. Queríamos ver si podíamos hacer las cosas diferentes”, recuerda.
Ese fue el germen de un modelo de negocio colaborativo: “Nuestra misión es que todos ganemos en la cadena de valor: la que cose la bolsa, el que la corta, la persona que nos trae la materia prima, el cliente. Todos tenemos que salir beneficiados", sentencia Patricia.
Todo Eco, fábrica de bolsas ecológicas
La empresa mendocina de bolsas ecológicas exporta y tiene clientes en todo el país.
Foto: Nicolás Rios/Diario UNO
Y reconoce: "A lo mejor otras empresas crecen más rápido cuando ponen el acento solamente en las ganancias, pero nosotras somos netamente sustentables. No es fácil competir, pero es más satisfactorio cuando todos juntos vamos creciendo y evolucionando”.
Aunque a la distancia pueda verse un camino de rosas para este emprendimiento mendocino, Patricia confirma que "no ha sido sencillo". En sus 16 años de trayectoria, Todo Eco no contó con subsidios ni apoyo estatal. Su crecimiento se sostuvo en el esfuerzo, el ahorro y la reinversión.
Los premios dan visibilidad al emprendimiento
El empoderamiento de estas mujeres se replica e inspira a muchas otras. De ahí que en los últimos años los reconocimientos a esta fábrica de bolsas reciclables comenzaron a multiplicarse.
Además de los premios de la CAME y de la Municipalidad de la Ciudad de Mendoza, Patricia Velázquez también fue distinguida como Mejor Empresaria por la Federación Económica de Mendoza (FEM). A ella, repite una y otra vez, no le corresponden las distinciones, "yo sólo soy quien las recibe pero todo esto es también de mi socia Emilia (Rozzi) y de todo el equipo de trabajo, más aún las mujeres que dejan su impronta en nuestra fábrica".
Y en este sentido relata entre risas una anécdota: “Cuando salió la postulación a 'Mujeres en Innovación', mi secretaria me inscribió sin decirme nada, quería sorprenderme y cuando me seleccionaron fue una gratísima sorpresa; ni qué hablar cuando gané”.
Todo Eco, fábrica de bolsas ecológicas
Las bolsas reciclables de Todo Eco fueron de las primeras en confeccionarse de forma masiva en Mendoza.
Foto: Nicolás Rios/Diario UNO
Más allá del prestigio, para Patricia estos premios tienen un valor especial: “Aparte de cómo nos movilizan, nos dan visibilidad porque uno cree que todo el mundo nos conoce pero no es así", admite.
Acerca de esa distinción de su marca respecto a la competencia, la emprendedora destaca: "Cada bolsa que compran de Todo Eco tiene detrás una función social, todo lo que hacemos para que esa bolsa salga afuera y a tanta gente que beneficia que ya es un valor diferente a cualquier otra bolsa”.
Todo Eco, fábrica de bolsas ecológicas
Si bien se especializan en bolsas para vinos, la empresa abarca otros rubros y ofrece diseños personalizados para cada producto.
Foto: Nicolás Rios/Diario UNO
El nicho de hacer bolsas sustentables para bodegas
Aunque Todo Eco vende en toda la Argentina y ha exportado al exterior, su nicho más fuerte está en la industria vitivinícola. La empresa se especializó en bolsas de una a seis botellas de vino, con diseños variados y materiales como algodón, lienzo, gabardina, lona y detalles en cuero.
También producen fundas para ropa, bolsas para supermercados, farmacias, productos gourmet y chocolaterías. "Nos caracterizamos también por brindar un servicio personalizado, buscamos responder a lo que el cliente necesita", sostiene la diseñadora industrial.
Todo Eco, fábrica de bolsas ecológicas - Patricia Velázquez y equipo
Para Patricia lo fundamental es el trabajo colaborativo a la hora de alcanzar metas con su emprendimiento.
Foto: Nicolás Rios/Diario UNO
Sin embargo, confirma que “con el tiempo fuimos haciendo cada vez más cosas para la industria vitivinícola y nos hemos especializado en ese rubro, pero siempre buscamos un diferencial". Es que, de acuerdo a lo que nos explica, "no queremos competir por precio sino por calidad, diseño y por el valor social que hay detrás de nuestros productos”.
"Brindamos soluciones de packaging sustentable, con diseños pensados para cada necesidad. Nuestro desafío es trabajar codo a codo con nuestros clientes en el compromiso con nuestro entorno y las personas que nos rodean" (Patricia).
Un proyecto que inspira
A sus 59 años, Patricia Velázquez se muestra orgullosa de seguir innovando. “Uno siempre puede reinventarse, perseguir sueños y alcanzarlos; esto me mantiene activa, vigente, y ese es el sentido de la vida. Además estamos rodeadas de mucha gente joven; la juventud me impulsa mucho a la creatividad y a todo lo que hay que hacer en el día a día”, manifiesta.
La emprendedora reconoce que sus hijos colaboraron en los inicios de Todo Eco, pero hoy cada uno siguió su propio camino. Sin embargo, el espíritu joven sigue presente en el equipo de trabajo, en su mayoría integrado por mujeres mendocinas.
Todo Eco, fábrica de bolsas ecológicas
Hace más de 10 años, Todo Eco obtuvo el reconocimiento a Comportamiento Ambiental Ejemplar.
Foto: Nicolás Rios/Diario UNO
Lejos de pensar en retirarse, Patricia proyecta nuevos desafíos: “Siempre estamos intentando mejorar, queremos incorporar una nueva línea pero nos está costando. No buscamos otra unidad de negocio, queremos seguir en los mismos lineamientos de sustentabilidad, aunque siempre está saliendo nueva tecnología que nos gustaría tener para poder crear mejores productos”.
El ejemplo de Todo Eco SA trasciende los números y las ventas. Es una muestra de cómo un emprendimiento puede nacer casi por casualidad y convertirse en un proyecto transformador cuando se le imprime un propósito social. Patricia lo resume con claridad: “Todos tenemos que ganar, sobre todo las mujeres que dejan su amor y talento en nuestras bolsas reutilizables”.
El éxito está en el trabajo colaborativo
Hoy, mientras Mendoza y el mundo enfrentan el desafío de la sustentabilidad, la historia de Patricia Velázquez inspira a pensar que la innovación no solo está en la tecnología sino en la capacidad de mirar al otro, tender una mano y construir comunidad.
En tiempos donde muchas empresas se enfocan en la rentabilidad inmediata, Todo Eco eligió otro camino: el del impacto positivo. Cada bolsa lleva consigo un pedazo de historia, Patricia y Emilia son conscientes de ello. E insisten en la colaboración como clave del éxito: “Desde nuestra empresa apostamos al crecimiento y al trabajo colaborativo que impulsa a Mendoza hacia un futuro más competitivo y sustentable”.
Ahí está el legado de Patricia Velázquez, una emprendedora que desde su cochera y por un simple gesto maternal terminó diseñando no solo bolsas sino oportunidades de vida.