Seguramente alguna ves te perdiste mirando las ramas de un árbol y te llevaste una sorpresa al ver que flameaba una bolsa de residuos vacía. Quizás pensaste que la misma llegó hasta allí por efecto del viento, pero en realidad se trata de un truco de jardinería que pocas personas conocen: combatir una peligrosa plaga.
Por qué expertos en jardinería recomiendan colocar bolsas negras en las ramas de los árboles
Si te parece raro visualizar una bolsa de residuos negra en las ramas de un árbol, te sorprenderá saber cuál es su significado
El truco de la bolsa de plástico en el árbol para combatir plagas
Según explican expertos en jardinería, las bolsas negras que podemos ver en las ramas de los árboles forman parte de una estrategia ecológica para proteger a la comunidad de una peligrosa plaga que atenta contra la salud y el bienestar.
La plaga a la que hago referencia es la oruga procesionaria del roble, un insecto que tiene pelos microscópicos irritantes que recubren su cuerpo y pueden dispersarse por al aire, causando problemas respiratorios, y también se adhieren fácilmente a la piel y a la ropa, generando picazón intensa y erupciones dolorosas.
Este método ecológico nos permitirá controlar la mencionada plaga de manera efectiva gracias a las cualidades que tienen las bolsas negras de residuos. En este sentido, las orugas se sentirán atraídas gracias a las feromonas naturales y una vez que se introduzcan en dentro de la bolsa plástica, quedará atrapadas. Al ser un lugar estrecho, oscuro y casi impenetrable, no podrán escapar.
Además, cuando la temperatura comience a aumentar, la bolsa de residuos se calentará y todo lo que haya en su interior se deshidratará, causándoles la muerte a los insectos y controlando la propagación de la plaga.
Si querés poner en práctica este truco, simplemente deberás buscar una bolsa de residuos negra, colocarle un poco de tierra en su interior para que no se vuele con el viento y subirte a una escalera para colocarla entre las ramas de tus árboles.
Este método práctico y ecológico permitirá controlar la plaga de la oruga procesionaria del roble sin necesidad de acudir a insecticidas químicos y demás productos que suelen poner en jaque el medio ambiente. Especialistas recomiendan renovar las bolsas plásticas una vez al mes y colocar dos o tres en un mismo árbol.





