Entrevista

Sofía García Franco busca hacer inmortales los alimentos a través de la ciencia y la IA

La mendocina Sofía García Franco lidera una startup global que fusiona Inteligencia Artificial y ciencia aplicada para extender la vida útil de alimentos

En un mundo cada vez más presionado por la necesidad de reducir el desperdicio de alimentos y optimizar recursos, una startup biotecnológica argentino-estadounidense propone una solución tan audaz como eficaz: desarrollar mezclas personalizadas de antioxidantes usando inteligencia artificial (IA). En esa tarea está la ingeniera mendocina Sofía García Franco.

¿El objetivo del emprendimiento? Extender la vida útil de productos como alimentos, cosméticos y lubricantes, preservando su calidad y reduciendo su impacto ambiental.

Migma es la empresa detrás de esta tecnología innovadora que combina ciencia, datos y velocidad para resolver uno de los grandes desafíos de las industrias productivas: la oxidación.

Sofía García Franco, CEO y cofundadora de Migma, startup de biotecnología que busca estirar la vida útil de los alimentos
En el laboratorio, Sofía explica cómo Migma resuelve el problema de la oxidación en los alimentos.

En el laboratorio, Sofía explica cómo Migma resuelve el problema de la oxidación en los alimentos.

En vez de recurrir a costosos y largos procesos de prueba y error en laboratorio, Migma utiliza modelos predictivos que permiten encontrar, en minutos, combinaciones de antioxidantes que antes tomaban años en descubrir.

Al frente de la startup está la joven ingeniera mendocina Sofía García Franco (32), CEO y cofundadora junto a Lucas Ayres, Tomás Benavides y Carlos García. Para conocer más sobre esta tecnología, su impacto potencial y el ambicioso objetivo de “volver a los alimentos inmortales” es que Diario UNO dialogó con Sofía.

Un emprendimiento que surgió casi por accidente

-¿Cómo nació Migma y qué problema busca resolver?

-Migma nació casi por accidente, o mejor dicho, de una noche de insomnio. Carlos García, uno de los fundadores, estaba leyendo sobre inteligencia artificial (IA) y se acordó de su tesis doctoral de hace más de 20 años sobre antioxidantes. Se dio cuenta de que había una oportunidad enorme en unir ambos mundos para resolver un problema que no se había resuelto hasta ahora: cómo predecir combinaciones efectivas de antioxidantes en los alimentos. La oxidación es visible en múltiples productos, desde vitaminas hasta alimentos y cosméticos.

-¿Y qué problema concreto encuentran que hay con los antioxidantes en la actualidad?

-Nuestra investigación reveló que el problema radica en la especificidad: no cualquier antioxidante funciona efectivamente en cualquier producto. La industria tradicionalmente ofrece soluciones genéricas con un portafolio limitado según el sector, pero descubrimos que aplicar el antioxidante adecuado a una matriz específica -como un suplemento con omega 3- produce resultados notablemente superiores.

Hoy desarrollar una mezcla antioxidante que realmente funcione es lento, costoso y poco eficiente. Es prueba y error en laboratorio, con miles de combinaciones posibles. Hay más de 60.000 antioxidantes conocidos, imaginate la cantidad de combinaciones que se podrían hacer. Encontrar cuáles son efectivas -las sinérgicas y supersinérgicas- puede llevar años.

Migma, startup de biotecnología que busca estirar la vida útil de los alimentos
El emprendimiento ofrece soluciones que extienden la vida útil de los alimentos, optimizan costos y mejoran la calidad del producto.

El emprendimiento ofrece soluciones que extienden la vida útil de los alimentos, optimizan costos y mejoran la calidad del producto.

-¿Qué propone Migma frente a ese desafío entonces?

-Nuestra propuesta es usar inteligencia artificial para predecir esas combinaciones en distintos tipos de alimentos, y hacerlo en minutos. Desarrollamos un algoritmo que entrenamos con datos experimentales propios y que puede encontrar rápidamente formulaciones candidatas que funcionen. Luego las validamos en el laboratorio. Lo que a otros les llevaría años, nosotros lo hacemos en muy poco tiempo. Eso nos da una ventaja competitiva enorme.

Identificamos una oportunidad significativa para transformar el mercado en términos de costo, velocidad y desarrollo de productos. Mientras muchas empresas siguen utilizando mezclas estandarizadas incluso en industrias exigentes como la alimentaria, nuestro objetivo es revolucionar este paradigma ofreciendo soluciones personalizadas de rendimiento superior.

Inteligencia Artificial para combatir la oxidación de los alimentos

-¿En qué industrias están trabajando?

-Por ahora trabajamos con empresas del sector alimentario, cosmético y también en lubricantes. Todas tienen problemas de oxidación: alimentos que pierden sabor o se enrancian, cremas que cambian de textura o lubricantes que se degradan. Nuestro enfoque es adaptarnos a las necesidades de cada industria y cada producto.

-¿Cómo es el proceso cuando un cliente los contacta?

-Un cliente viene con un problema específico de oxidación y nos comparte sus requisitos. Nosotros cargamos esa información en nuestra plataforma, el algoritmo predice distintas combinaciones, hacemos zoom en las que son sinérgicas y supersinérgicas, y después las testeamos. Ahí es donde aparece la magia: encontramos soluciones efectivas que extienden la vida útil, optimizan costos y mejoran la calidad del producto.

Encontramos soluciones efectivas que extienden la vida útil, optimizan costos y mejoran la calidad del producto. Encontramos soluciones efectivas que extienden la vida útil, optimizan costos y mejoran la calidad del producto.

Migma, startup de biotecnología que busca estirar la vida útil de los alimentos
A través de la IA se evalúan sinergias y eficiencia técnica y luego validan en laboratorio el antioxidante para cada producto.

A través de la IA se evalúan sinergias y eficiencia técnica y luego validan en laboratorio el antioxidante para cada producto.

-¿Qué rol juega la Inteligencia Artificial en ese desarrollo?

-La IA nos permite simular miles de combinaciones en minutos, algo que antes llevaba años. Evaluamos sinergias, rentabilidad, eficiencia técnica y validamos en laboratorio. Así logramos extender la vida útil del producto, reducir desperdicios y cumplir exigencias regulatorias, sobre todo en el campo de los alimentos.

Trabajamos con dos modelos de negocio: uno end-to-end, desde el diseño hasta la producción; y otro para empresas con fabricación propia, a quienes brindamos licencias, optimización y desarrollo de productos. Más que proveedores, buscamos construir alianzas estratégicas.

Alargaron la vida útil de un aceite de oliva orgánico

–¿Qué significa eso de "mezclas sinérgicas o supersinérgicas"?

-Cuando combinás antioxidantes, pueden potenciarse entre sí. Eso es una sinergia: cuando uno más uno da más que dos. Si esa potencia es muy superior, lo llamamos mezcla supersinérgica. Es como una receta secreta: con menos cantidad lográs más efecto. La clave está en entender qué compuestos usar, en qué proporciones y para qué producto. Ahí es donde entra la ciencia y el valor de nuestra tecnología.

-¿Tienen validaciones concretas de la eficacia de la tecnología?

-Sí. En 2024 logramos formular la primera mezcla de superantioxidante Migma y demostramos que puede extender hasta tres veces la vida útil de un aceite de oliva orgánico. Eso fue un hito enorme para nosotros, porque validó el modelo y abrió la puerta a aplicaciones reales.

Migma, startup de biotecnología que busca estirar la vida útil de los alimentos - Sus fundadores Tomás Benavides, Lucas Ayres, Carlos García y Sofía García Franco
El emprendimiento biotecnológico une Argentina con Brasil y Estados Unidos. Sus fundadores son: Carlos García, Tomás Benavides, Lucas Ayres y la mendocina Sofía García Franco.

El emprendimiento biotecnológico une Argentina con Brasil y Estados Unidos. Sus fundadores son: Carlos García, Tomás Benavides, Lucas Ayres y la mendocina Sofía García Franco.

-¿Cuál es el siguiente paso para Migma?

-Este año queremos lograr nuestro primer contrato comercial. Eso nos va a permitir evolucionar nuestro modelo y empezar a trabajar también con otros aditivos, no solo antioxidantes. Queremos incorporar propiedades organolépticas como el sabor, la textura, el color. Todo lo que define la experiencia de un producto o de un alimento.

La startup que revoluciona la industria de los alimentos

-¿Cómo está conformado el equipo fundador que da origen a un emprendimiento argentino-estadounidense?

-La fusión argentino-estadounidense se dio de forma bastante natural porque Migma tiene una visión global. Es una empresa internacional desde su concepción, tanto por su enfoque como por la conformación de su equipo, que ya trae esa impronta multicultural.

El equipo fundador está integrado por Lucas (Ayres), que es brasileño; Carlos García, que nació en Córdoba pero vive hace más de 20 años en Estados Unidos -él es quien está radicado allá y representa nuestra base estadounidense-; Tomás Benavides, que también es de Córdoba; y yo, que soy mendocina. Así que, en realidad, Migma ya desde el comienzo tenía una identidad casi trinacional: Argentina, Brasil y Estados Unidos forman parte de su ADN.

La ciencia no tiene fronteras. Así como el problema de la oxidación tampoco las tiene, lo que tratamos fue combinar lo mejor de ambos mundos: el científico y el de negocios La ciencia no tiene fronteras. Así como el problema de la oxidación tampoco las tiene, lo que tratamos fue combinar lo mejor de ambos mundos: el científico y el de negocios

Migma, startup de biotecnología que busca estirar la vida útil de los alimentos
Mediante la ciencia aplicada y la IA, Migma se propone hacer inmortales a los alimentos.

Mediante la ciencia aplicada y la IA, Migma se propone hacer inmortales a los alimentos.

Hay mucha resiliencia, creatividad y formas de trabajar en Latinoamérica que están muy buenas, y también un ecosistema tecnológico y de inversión en Estados Unidos que es muy potente. Buscamos potenciar lo mejor de cada uno de esos mundos. Hoy estamos enfocados en crecer en ambos países. Y es un orgullo llevar talento argentino y latinoamericano al mapa global de la biotecnología.

En cuanto al equipo, los roles están bien marcados. Carlos García fue quien tuvo la idea y tiene el background científico. Lucas Ayres lidera toda la parte de inteligencia artificial, Tomás Benavidez está a cargo de lo experimental y yo, que vengo del mundo de los negocios y la gestión. Somos un equipo muy complementario, con perfiles muy distintos pero con una visión común.

Cómo volver a los alimentos "inmortales"

-¿Cuál es esa visión?

-Queremos cambiar las reglas del juego en el mercado de antioxidantes. Nuestro objetivo es reducir el desperdicio de los alimentos, preservar la calidad de los productos y asegurar un futuro más sostenible. En definitiva, como decimos a veces entre nosotros: "volver a los alimentos inmortales".

-¿El impacto es también económico y ambiental?

-Totalmente. La oxidación tiene un impacto enorme. No solo en la pérdida de calidad, sino en términos de desperdicio, pérdidas económicas y contaminación. Nosotros transformamos ese desafío en una oportunidad. No solo hacemos productos que duren más: ayudamos a las empresas a ser más eficientes y sostenibles.

Queremos cambiar las reglas del juego en el mercado de antioxidantes. Queremos volver a los alimentos inmortales. Queremos cambiar las reglas del juego en el mercado de antioxidantes. Queremos volver a los alimentos inmortales.

Migma - startup biotecnológica argentino-estadounidense de Sofía García Franco y Carlos García
Sofía García Franco junto a Carlos García, el científico argentino radicado en Estados Unidos que tuvo la idea de crear esta startup.

Sofía García Franco junto a Carlos García, el científico argentino radicado en Estados Unidos que tuvo la idea de crear esta startup.

-¿Qué tamaño tiene el mercado en el que están entrando?

-El mercado global de antioxidantes está valuado en más de 7.000 billones de dólares. Un tercio está en Estados Unidos y Europa, que es donde tenemos puesto el foco hoy. Hay una necesidad real de soluciones mejores y más rápidas. Y creemos que con nuestra tecnología, Migma puede liderar esa transformación.

La ciencia y la tecnología al servicio de una mejor alimentación

-¿Se puede predecir el futuro de los alimentos desde la ciencia?

-No tenemos una bola de cristal, pero sí podemos modelar escenarios. La ciencia nos permite anticipar patrones y diseñar soluciones más personalizadas, duraderas, sostenibles y con más valor nutricional en los alimentos.

El futuro exige decisiones éticas, integración de conocimiento y expansión de fronteras. Y eso es lo que buscamos hacer con Migma. El futuro exige decisiones éticas, integración de conocimiento y expansión de fronteras. Y eso es lo que buscamos hacer con Migma.

De Mendoza al mundo, una ingeniera que soñaba con emprender

–¿Cuál fue tu camino personal desde Mendoza al mundo? ¿Qué soñabas ser cuando eras chica?

-Nací en el corazón de Mendoza. Vengo de una familia de comerciantes marplatenses que se enamoraron de la provincia. Desde chica trabajé en los locales familiares. Aprendí de atención, tacto, empatía… conceptos que hoy se llaman "customer experience". Pero para mí siempre fue natural.

Estudié en el Corazón de María, después Ingeniería Industrial. Me fui dos años a Francia, me recibí allá en Ingeniería Mecánica. Trabajé un tiempo en Peñaflor y después en el Banco Supervielle, donde llegué a liderar la parte comercial de varias provincias.

Pero soñaba con emprender. Gracias a mi cuñado conocí el mundo startup. Entré en Human, una empresa de software que creció de 35 a 250 personas en dos años. Armé equipos, lideré proyectos, aprendí muchísimo.

Embed - Migma - GRIDX Demo Day 2024

Ahí conocí Singularity University y el universo de las tecnologías exponenciales. Me enamoré de la biotecnología: ciencia aplicada al mundo real. Después vino GridX, un fondo de inversión que busca transformar papers científicos en empresas reales. Ahí conocí a mis socios: un químico experto en antioxidantes, un bioquímico con IA y un químico experimental. Así nació Migma: ciencia, tecnología y un sueño global.

–¿Cómo te sentís siendo una mujer joven liderando una empresa biotecnológica en el mercado internacional?

-Es un mundo mayoritariamente masculino, sobre todo en liderazgo. Pero hay mucha conciencia de esa brecha. Lo importante es demostrar con capacidad, conocimiento y visión. Cuando eso está, la conversación fluye. Me mentalizo para no verlo como traba sino como desafío. Además, hay una gran red de mujeres que nos impulsamos mutuamente. También hombres comprometidos en cerrar esa brecha. El entorno importa, y cuando está, se nota.