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Cano es un chico de barrio con un genial talento, que se formó a si mismo. Sin maestros y sin escuelas previas.
Un mendocino talentoso de bajo perfil que podría llegar a ser el mejor en lo suyo, como otros mendocinos que dejaron huellas imborrables en las artes. Por el momento, quiere ser libre y pintar por placer. Sin las ataduras del mercado.
Vivir del arte a su manera
La primera pregunta que surge en el atelier de Cano, mientras sirve café, comparte medialunas y se sienta en una sillita de plástico de las que abundan en el lugar, proque este también es el espacio en el que da clases, es "¿Por qué con estos tremendos cuadros no vivís del arte?"
-Es una decisión en mi vida, no lo quiero hacer. Tiene algo como de cárcel que nunca me gustó. Estás sujeto a las exigencias del mercado, por eso nunca tuve contratos de exclusividad. No podés presentarte a concursos, ni disponer de tu obra y esto no te garantiza la venta.
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Las pinturas del cementario de la Recoleta son muy requeridas entre las obras de Mauro Cano.
Foto: Diario UNO
-No querés estar atado a demandas específicas
Si, esa también es una de las cuestiones por las que no quiero firmar contratos de exclusividad. He pasado por experiencias en las que una serie tuvo mucho éxito y me pedían muchas más obras similares, y no, para mi era una temática terminada.
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-Digamos que no te gusta limitarte
-Me gusta tomarme mis tiempos, siempre prioricé las ganas de querer hacer algo y cuando no tengo ganas de pintar, también.
Para mi no pintar también es trabajar. Para mi no pintar también es trabajar.
-¿Cómo podrías describir esta etapa?
-Es un periodo creativo, en el que me concentro en ideas, saco fotos, me dedico a pensar.
-¿Te sentís un pintor un poco fuera del sistema, de lo que se exige en la actualidad?
-No sé si me defino así, lo que sé es que no tengo ganas de caer en ciertas exigencias del momento. Hace diez años yo me abstraía cinco o seis horas, pintando, bocetando. Ahora no podés hacer eso, estas todo el tiempo contestando mensajes, viendo el celular.
-La gente vive así
-Es lo que veo que sucede por ahí en las clases, es difícil concentrarse porque hay mucha interrupción, celulares, y gente a la que es difícil no estar pendiente de esto. Porque si estas enfocado en otras cosas al mismo tiempo que pintás ¿Cómo pensás? ¿Cómo te concentrás?
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Cano no es un artista "loco", no toma alcohol, no vive al límite, su único rasgo de "locura" es la obsesión que tiene por los detalles en su trabajo.
Foto: Diario UNO
-Es como el lenguaje de los más jóvenes ese
-No solo de los jóvenes! La gente grande hace lo mismo! después los colores de la paleta salen mal, y las formas se hacen como se pueden. Se necesita un espacio y un tiempo para pensar lo que queremos hacer. al resultado que queremos llegar.
-¿Vos lo tenés esos momentos reflexivos?
-Yo trato de buscarlos, por eso a veces desconecto el timbre, no le doy bola al teléfono. Yo reconozco que esa es mi forma de ser, que soy raro. Los domingos me levanto a las ocho de la mañana a pintar. Es mi forma de trabajar.
Un grande de perfil bajo
Mauro Cano es un pintor sumamente reconocido a nivel nacional e internacional. Ha participado en muchas exposiciones, ganado premios nacionales e internacionales, sus cuadros hoy están colgados en las casas de grandes personajes. Sin embargo, no se la cree.
-En Mendoza hay un grupo selecto de artistas que es muy particular, una especie de farándula local. ¿Vos ten sentís parte de esa movida?
-No, la verdad es que no. Yo pinto. Finalmente veo que hay una elite a la que me doy cuenta que no pertenezco. Yo no me creo un groso, pero acá hay mucha gente que es buena, y no está dentro de este círculo tan selecto.
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Mauro Cano y sus herramientas creativas, con las que le da vida a los increíbles cuadros realistas que produce.
Foto: Diario UNO
-¿Vos te sentís "muy normal" para este espacio en el que te movés?
-¿En qué sentido muy normal?
-Como muy "poco personaje"
-Es que si, hay una idea de que los artistas tenemos que estar medio locos. Paula -mi pareja- me lo dice, cuando tengo situaciones puntuales"vos te tendrías que hacer más el loco, tenés un talentazo, son un artistazo y siempre estas escuchando a los demás, enseñando todo lo que sabés", pero bueno, ese no es mi estilo.
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-Claro porque a esta altura de tu carrera ya tendrías que tener un vino con tu nombre
-Si, claro, sé a lo que te referís. pero no es mi sueño (se ríe). He hecho etiquetas para vinos, laburo con bodegas, pero no me siento parte de esa "farándula". Siempre he sido más huraño y antisocial, lo que me hizo más social fue tener un hijo. Pero no me gusta salir mucho, ni ir a fiestas. No tomo alcohol. Nunca me gustó. soy un perno, no estoy loco, no tomo vino.
-¿Qué te gusta hacer cuando no pintás?
-Estoy aprendiendo violín, leo. Para mi un gran plan es irme al parque con los auriculares a pintar. Eso es divertido para mi. Lo disfruto como otros disfrutan de irse a comer un asado con los amigos.
Valorar el talento local
Cano reconoce que tuvo sus idas y vueltas, su lejanía y proximidad con la academia.
-¿Qué clase de relación tuviste con la universidad?
Creo que me peleé y me reconcilié varias veces con la carrera de arte. Fui a la facultad, pero no me recibí. Aunque ahora con la experiencia que tengo, creo que me hubiera gustado tener un título. Se me cerraron muchas puertas por no tenerlo. Ahora ya eso no importa porque me fui haciendo una carrera por mi cuenta. Exponer, vender, dar clases. Pero el título es importante.
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Ante la pregunta "Y cuando pensás que un cuadro está terminado", Mauro responde: "nunca está terminado, solamente los dejo cuando me doy cuenta que ya le he dado lo suficiente".
Foto: Diario UNO
-¿Qué cosas le criticás a la facultad?
Que no te enseñen a vender la obra, por ejemplo. Todos entramos a la Facultad de Arte porque queríamos ser artistas, y la facultad no te prepara para ser artista, te forma para ser profesor. A lo mejor tendría que haber leído bien, que el título es "profesorado" pero no era nuestra idea en un comienzo.
Nadie te prepara para ser artista.
-¿Nunca pensaste en irte a vivir afuera? a Europa por ejemplo.
Si lo pensé. He ido a conocer, a ver arte, a ver grandes museos y conocer artistas y colegas. Tuve ese sueño de pensar que el arte está en otro lado. En una época que no había redes sociales, creíamos que el arte era esto. Los colegas tuyos, las exposiciones, ganabas un premio y te creías que era el mejor premio del mundo y que el Fader era el único museo que existía.
obvio que cuando conocés un poco, te das cuenta que no es así, pero también empezás a valorar lo tuyo. Cuando me fui afuera, me di cuenta de nuestro esfuerzo para lograr cosas.
Vi que eso de los europeos como la palabra santa, como lo que pasó 500 años atrás, que nos teníamos que reivindicar con ellos. Todavía eso pasa.
-¿Lo sentís en particular, en tu vida?
Me pasa por ejemplo que me llama gente de afuera, pintores reconocidos y me dicen "Tal pintor -importantísimo- te dio una devolución de tu obra". Y sí, es muy lindo, es un colega, pero, ¿qué tan diferentes somos?. Ellos tienen escuelas.
Nosotros somos más intuitivos. Yo no tengo escuela, a mi no me enseñó nadie, ni siquiera un profesor, que yo pudiera decir "este fue mi maestro".
Un autodidacta nato
-Resulta raro lo que decís, porque como lo que hacés es tan específico, lo único que una puede pensar frente a tu obra es "alguien le enseñó".
-Pero no fue así. En esa época no había nadie que hiciera esto, no es por agrandarme, pero fue así. Es un tipo de trabajo más técnico, no había quien lo enseñara. Si había libros y tenía buenos profesores que me enseñaron, pero no que se acercaran a esto que a mi me interesaba.
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La creatividad para él tiene como lema el "no aburrirse" y aunque teme que algún día le pase, su forma de trabajar sin estar pendiente de las ventas, hacen que su vida y su producción se complemente la una a la otra.
Foto: Diario UNO
Yo no podía viajar, no tenía acceso al perfeccionamiento, entonces me fui haciendo solo. Viendo cómo lograr lo que yo quería, como resolver y mejorar la técnica, cómo preparar los lienzos, como lijarlos de manera que se vean más planos.
finalmente pudiste intercambiar con otros colegas
Cuando fui creciendo en lo mío, pude viajar e interactuar con gente del arte, y compararme técnicamente con otros pintores. Pero por ejemplo, hay colegas de España que me han dicho que entre las cosas que les gustan mías es que yo no tengo método de trabajo. Todos ellos tienen escuelas que te dicen "esto se hace así, se construye de esta manera".
-Quizás estés haciendo tu propia escuela
Es lo que muchos colegas me dicen, que yo tengo un estilo particular, sé cómo hacer veladuras, por ejemplo. pero no trabajo con veladuras.
-¿Lo que vos hacés se puede considerar hiperrealismo?
No, nunca sentí que mi estilo fuese ese. Es un realismo contemporáneo. Hay fotorealismo, hiperrealismo que entiendo que algunas de mis obras que son más técnicas se puedan relacionar con eso. He pintado de diferentes maneras, según la época.
-¿Cómo definirías lo que estás haciendo ahora?
En esta serie que se llama "Viaje a la Costa Argentina", estoy utilizando pinceladas más sueltas. He hecho cuadros muy técnicos, realizados como un rompecabezas, pieza por pieza. con una técnica más exquisita.
Estoy utilizando otra paleta de colores, lo que significa eliminar un poco los negros y jugar con los opuestos en el círculo cromático. Lo que quiero conseguir es armonía, vibraciones de colores, movimiento y a la vez lograr una soltura que yo no la tenía con los otros cuadros, en los que quizás te tenés que poner como un científico.
-Eso también es muy bueno
Claro que si, a mi también me gusta ese estilo técnicamente más exquisito, más fotográficos. los hago de vez en cuando, para calmar esa ansiedad de lo fotográfico que tengo.
El arte es como el amor
El pintor asegura que, en parte la idea de no vivir solo de la venta de cuadros, sino de sus alumnos del taller, es que no quiere aburrirse con lo que hace.
"Mi obra de por sí es lenta, hay que pensar, sacar fotos, armar paleta. Es un proceso largo. si encima me voy a aburrir con la temática, no podría trabajar".
En un punto, compara lo que hace artísticamente con lo que sucede en una pareja.
El arte es como el amor, pero si vos no estás enamorado, no es el camino. Eso de "seguimos por los hijos", lo podés hacer. Pero es un bajón. Estás triste durante años. para mi con la pintura pasa lo mismo El arte es como el amor, pero si vos no estás enamorado, no es el camino. Eso de "seguimos por los hijos", lo podés hacer. Pero es un bajón. Estás triste durante años. para mi con la pintura pasa lo mismo
-¿Nunca te has aburrido de pintar?
Hasta ahora no, sí tengo miedo de que algún día me pase. No es fácil, a veces hay que dejar las conveniencias de lado y si estás haciendo algo que no te da placer, dejarlo y hacer otra cosa, aunque sepas que ese cuadro podría tener mucho éxito a nivel mercado.
"Podría pintar algo que no me guste o que no me convenza, pero el precio sería pasar meses medio triste y no estoy dispuesto a hacerlo".