Pintar siendo lo más fiel posibles a la realidad, pero respetando el instinto, el pulso por dejar una marca y sembrar un estilo que sorprenda e inspire. La forma de encarar el hecho artístico para los artistas mendocinos Natalia Sánchez Valdemoros, Florencia Aise Di Paola y Mauro Cano es muy diferente. A pesar de que los tres tienen casi la misma edad (34, 32 y 37, respectivamente) abordan el lienzo desde lugares diferentes, en tiempo distintos y con objetivos disímiles. Sin embargo, la corriente a la que pertenecen, el realismo, los puso en un mismo camino que hoy confluye gracias al coleccionista y marchand porteño Ignacio Gutiérrez Zaldívar, quien es propietario de Zurbarán, una de las galerías de arte de mayor trayectoria e importancia de la Argentina.
Desde mañana, estos plásticos locales participarán en la muestra Realismo argentino, en la sede Colección Alvear de Zurbarán, ubicada en Capital Federal, junto con otros 18 creadores de todo el país.
La exhibición reúne a los grandes referentes de la corriente a nivel nacional, como Juan Lascano, con promesas que buscan sorprender a espectadores y posibles compradores.
Justamente, sorpresa es una buena palabra para definir la reacción que suelen manifestar quienes se paran frente a una obra de Aise Di Paola o Cano, dado que el hiperrealismo que ambos practican provoca la inevitable pregunte de si se está frente a un óleo o una fotografía.
Escenario entrevistó a las artistas en el taller de Aise Di Paola mientras que Cano contestó por teléfono desde su casa, donde estaba pintando.
Megarretratos de gran impacto
Aise Di Paola pinta desde que es una niña, fue aprendiz de Sergio Roggerone y luego su asistente, aunque se recibió de diseñadora gráfica porque su familia quería que tuviera una profesión más convencional que la de artista. Considera a Mario Delhez, quien fue su profesor en la facultad, como uno de sus maestros.
Recién a los 20 años se animó a participar de una muestra, allí vendió varias obras y desde entonces, no paró. Ha expuesto en diferentes espacios locales y es parte del staff de dos galerías de Miami: Wynwood 28 y Onessimo Fine Art.
La muestra que abre al público mañana, en Buenos Aires, marca el inicio de su vínculo profesional con Gutiérrez Zaldívar, aunque ambos se conocen desde hace tiempo. Allí, exhibirá Jesús, obra pintada en 2012, que muestra a su hija más pequeña cuando tenía un año, saliendo de la bañera. Se trata de una pintura impactante, de una belleza sin par y frente a la que se puede estar horas.
Previo a esta etapa de megarretratos hiperrealistas que está atravesando, la joven hizo collage y pintó caballos, vírgenes y murales.
"La gente en Mendoza me conoce por las uvas, fue una temática que seguí por años porque se vendía bien y gustaba mucho. Pero siempre me gustó pintar caras porque me gusta el detalle. No me gusta pintar paisajes, por ejemplo", explicó la artista.
Sobre su fascinación por los rostros, agregó: "Me gusta descubrir qué puede decirte la cara o la expresión de alguien. En los grandes museos, disfruto ver retratos de personas que no sé quiénes son, pero al mirarlos me pregunto qué hacen".
A pesar del éxito comercial y de crítica que experimentó con su serie de uvas, que estuvo inspirada en su familia viñatera y su tío, el laureado enólogo Mariano Di Paola, Aise asegura que este es el momento ideal para abocarse de lleno a los retratos.
"En el arte contemporáneo mundial hay mucho mercado para el retrato, quizás en el mundillo local no, porque se lo considera demasiado personal. De todas formas, hago muchos cuadros a pedido. El resultado, claro, depende de cuánto conozco al niño o persona a la que tengo que pintar", se explayó.
Ayer, Florencia partió rumbo a Estados Unidos para participar de dos ferias de arte en Miami. En tanto que en marzo abrirá una muestra en el mendocino hotel Huentala y luego, en abril, otra en el hotel Sheraton.
Ventanas cada vez más famosas
Natalia Sánchez Valdemoros tiene 34 años y su obra es reconocida en Mendoza y Buenos Aires. Desde hace unos años está en el staff de Zurbarán y es considerada la "niña mimada" del coleccionista Ignacio Gutiérrez Zaldívar en la provincia.
A "Nacho", como le dice ella, lo conoció aquí, en su provincia natal, cuando él dirigió una subasta. En esa oportunidad, quedó fascinado por un cuadro suyo de una ventana y desde entonces el vínculo entre ambos sigue creciendo.
Si bien ella estudió arquitectura, frente al lienzo se perfeccionó con los locales Guillermo Garrido y Martín Villalonga. Cuando era chica, en tanto, fue alumna de Miriam Pallotti y Silvia Báez.
Natalia se define a sí misma como una artista figurativa en vez de realista, pero reconoce que sus cuadros reflejan un mundo posible, aún cuando pueda haber salido de su imaginación y no de la vida misma.
Desde que empezó a hacerse un nombre a nivel local, expuso en bodega Navarro Correas, la Legislatura de Mendoza y Casa Fader. Actualmente, hay cuadros suyos en Casa El Enemigo. En Zurbarán, en tanto, ya expuso varias veces.
"Mis ventanas son el reflejo de la personalidad de cada habitante en un mismo contexto. Cuando ves la pared de un edificio, las ventanas pueden ser todas iguales, pero son diferentes, ya sea porque el propietario colgó una cortina, puso una planta o la tiene abierta", indicó para explicar el motivo de su arte.
El año pasado volvió a realizar una muestra individual en ese espacio porteño y le fue muy bien. Actualmente, toda la obra que realiza, la envía directamente a Buenos Aires, lugar en el que sus pinturas son muy bien recibidas por el mercado.
"Quien viene a mi taller puede comprar obras y a veces me hacen pedidos especiales, pero he vendido mucho más allá que acá. Me gustaría mucho probarme afuera", contó.
Desde mañana, en el espacio de arte de Avenida Alvear la gente podrá apreciar dos creaciones suyas: La italiana II y La preferida. Ambas obras son del año pasado.
Mirar un cuadro de Sánchez Valdemoros es contemplar una realidad que puede existir a la vuelta de la esquina o en la ciudad más recóndita. Quizás por eso, al apreciar un trabajo suyo, se percibe una universalidad difícil de hallar.
Por estos días, la también arquitecta está incursionando en un nuevo contexto para sus fachadas: la noche. "Estoy empezando a pintar ventanas nocturnas y me tiene muy entusiasmada", reveló sobre lo que se viene.
Remontándose al pasado, recordó que una de sus primeras muestras fue en La garita, espacio de arte que lideraron Rodrigo Scalzi y Fernando Gabrielli. Allí, también se lucieron obras de Florencia Aise por lo que la expo en Zurbarán no es la primera que compartan.
En tanto que en octubre, los artistas de Zurbarán darán vida a una exposición homenaje. Natalia, que es del staff, eligió al recordado intendente de la Capital de Mendoza, Víctor Fayad, y a René Magritte.
"El Viti me dio una mano cuando yo buscaba un taller para pintar y no me voy a olvidar nunca. Siempre se preocupó por generar una movida cultural y, con los eventos de artistas visuales que hubo en su gestión, nos unió mucho a todos. Le debemos bastante", agregó sobre el político que falleció en 2014.
Mauro Cano: "Voy hacia un arte más universal"
Mauro Cano pasó gran parte del año pasado preparando una muestra que realizó en el Espacio Killka, en Bodega Salentein, con obras de gran tamaño. Luego, partió rumbo a Europa para apreciar las creaciones de artistas que hasta ese momento sólo conocía por foto así como también ver qué futuro podrían tener sus propias creaciones en aquel continente.
Cano es un referente del realismo en la provincia y se ha podido apreciar su trabajo en casi todos los espacios de arte de renombre de Mendoza. Al pisar el Viejo Continente, descubrió que sus cuadros también eran bien recibidos en aquel mercado. Tanto así, que su obra Trofeo de verano pertenece ahora a la colección permanente del Museo Europeo de Arte Moderno de Barcelona.
Unos años atrás, en 2012, el pintor realizó una muestra en Galería Zurbarán y desde entonces trabaja con Ignacio Gutiérrez Zaldívar. Según el mendocino, el coleccionista y marchand entiende muy bien sus tiempos y lo deja crear libremente.
"Mis obras no tienen tiempos. Él sabe que puede tener dos obras mías por año, pero lo respeta y eso me ha sorprendido gratamente", confesó Cano, de 37 años.
En la muestra Realismo argentino mostrará dos creaciones, las cuales muestran claramente la diferencia entre su obra previa y las temáticas que está abordando ahora. Se trata de Víctimas del abandono y un retrato titulado Mascota.
"La primera es la finalización de una serie que comencé en 2007 sobre espacios que han estado cerca mío y que fueron destrozados por el tiempo. Incluso, la puerta que pinté es de una casa de Godoy Cruz que ya no existe. Es una obra muy personal, que habla de una nostalgia y una necesidad de recuperar lo que sucedió allí", narró desde su taller, espacio en el que está pasando la mayor parte de sus días.
Mascota, en tanto, asegura que podría acabar en España, dado que hay quienes han mostrado interés por ella. Pertenece a la serie que está haciendo ahora y que él asegura es el reflejo de una maduración y un crecimiento como artista y persona.
"Es una obra más desprejuiciada. Si bien, mi obra nunca tuvo límites ni nadie jamás me apuró, Mascota y lo que estoy haciendo ahora son obras que hago sin preocuparme si va a impactar o si a alguien puede no gustarle", indicó mientras analizaba su presente y agregó: "Puede ser considerada machista, pero desde yo lo planteo es todo lo contrario, justamente porque es la mujer quien maneja las riendas de su vida".
Para concluir, definió el trabajo que está haciendo como una búsqueda "hacia un arte más universal, de cosas que pasan a mi alrededor, con características más poéticas".