Cinco meses de aislamiento por la pandemia de coronavirus, cambiaron definitivamente nuestros hábitos, entre otros, los alimentarios. Tanto es así que, después del primer mes de cuarentena, se multiplicaron los posteos en las redes sociales acerca del cuerpo, de los kilos ganados, de las justificaciones por adelantado sobre el hecho de haber engordado.
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Estos desahogos o catarsis colectivas, tienen un trasfondo bastante peligroso por lo excesivamente naturalizado: la desconexión con el propio cuerpo y lo que este necesita en determinadas situaciones.
La nutricionista Marisú Ávila, una de las profesionales que se desempeña en el centro de atención de trastornos alimentarios Casa Hualpa, explicó qué es la alimentación intuitiva, que básicamente consiste en escuchar las señales corporales de hambre y saciedad y detectar toda una gama de pensamientos y sentimientos que giran en torno a los alimentos y que tienen más que ver con aspectos culturales y psicológicos que con factores físicos.
Qué es comer intuitivamente
La alimentación intuitiva, o el movimiento de la no dieta, es una tendencia que se multiplica en Estados Unidos, México y parte de Europa, sobre todo en España.
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Según manifestó la nutricionista, viene a poner en tela de juicio la cultura de las dietas, tan naturalizada, y la costumbre de dividir a los alimentos en "buenos", "malos", "prohibidos" y "permitidos".