Según lo calculado, fueron 2.000 euros los que expulsó el cajero automático, lo que equivale a una suma de alrededor de $3.200.000. Todo en billetes de 10, 20 y 50 euros.
Los dos hombres se encontraron con una situación en la que muchos querrían estar, pero su decisión sorprendió a varios, ya que en el lugar de tomar los billetes, decidieron llamar a la Policía para dar el aviso de lo que estaba sucediendo con ese cajero automático.
Esa llamada permitió que la entidad bancaria no perdiera ni un solo euro de los que había expulsado el cajero automático. Cada uno de los billetes fue tomado por los agentes de la Policía, que lo tomaron en custodia hasta que abriera el banco durante la mañana del viernes.
Finalmente, al ser revisado el cajero automático, las autoridades comprobaron que el dinero expulsado pertenecía a un vecino que había hecho un depósito durante la mañana de ese jueves y que, gracias a esos dos vecinos que vieron lo que ocurría, nadie perdió nada de dinero.