Según detalla Family Search en su blog, el término "recuerdos de la infancia" se refiere a los recuerdos que formamos durante la infancia y el dato que aporta es que la mayoría de los adultos no recuerda mucho antes de tener dos años y medio.
Sin embargo, la memoria tiene una manera especial de traernos de vuelta a tiempos más simples. Recordar escenas, sonidos o experiencias de la infancia no solo trae nostalgia, sino que también puede indicar que la persona posee una mente ágil y una salud cognitiva activa.
Si tu mente logra traer con claridad algunos de estos recuerdos clásicos que la mayoría vivió, podrías tener una memoria más afilada que la de muchos.
Según especialistas, el hecho de recordar eventos lejanos con precisión, sobre todo aquellos cargados de emoción o impacto sensorial, es un indicador de buena memoria episódica, que se vincula directamente con funciones cerebrales clave como la atención, la percepción y el almacenamiento de información.
Para saber si tu mente sigue funcionando como una máquina del tiempo, deberías poder recordar estos 10 momentos:
Este tipo de recuerdos están conectados con vivencias sensoriales intensas y contextos emocionales positivos, lo que facilita su permanencia en el tiempo. Cuanto más vívido es un recuerdo, más activo se encuentra el sistema de memoria a largo plazo, especialmente el hipocampo y la corteza prefrontal.
En cambio, la razón por la que nos cuesta recordar los primeros años de nuestra vida se debe a los altos niveles de producción de neuronas durante esa época. Pues al crecer, la formación de nuevas células cerebrales aumenta la capacidad para aprender, pero también limpia la mente de viejos recuerdos.