El aroma de la ropa es un indicativo de la higiene de una persona. Si te encuentras recién salido de la ducha pero tus prendas huelen a humedad, encierro o tabaco, no tiene sentido ya que proyectarás mal olor.
Un perfume delicioso, que evoque sentimientos y destelle esplendor convierte cualquier prenda en algo sofisticado sin importar su precio o diseño. Obviamente, oler bien no es sinónimo de poder, sino de placer, pues pocas cosas son tan agradables como sentir un aroma fresco y limpio en la ropa.
No hace falta echar cantidades exorbitantes de suavizante para que una camisa o vestido huela a rosas. A veces, la clave es preparar un perfume casero para ropa con los ingredientes adecuados.
Mezcla el agua con el bicarbonato de sodio hasta que se disuelva en cualquier recipiente que tengas en casa. Agrega el alcohol y las gotas de aceite esencial de jazmín. Agita bien la mezcla y vierte en un atomizador o recipiente con spray.
Deja reposar en un lugar fresco y oscuro durante 24 horas antes de usar. Pulveriza sobre la ropa a una distancia de 20 cm para un aroma limpio y floral. De hecho, puedes perfumar tu ropa antes de guardarla en el armario. Así, cuando quieras usarla no tendrá olor a encierro o humedad, sino aroma a flores y jazmín.