Además, los arándanos son fuentes de fibra, potasio y vitamina C. Su consumo suele estar relacionado al fortalecimiento del sistema inmunológico y a casos de tratamiento de enfermedades como el cáncer. Esta pequeña fruta mejora la circulación y protege de infecciones.
Consumidos en sus diversos formatos pueden traer beneficios para la salud. En las mujeres, pueden llegar a disminuir la presión arterial y el riesgo de ataques cardíacos con al menos tres porciones de arándanos por semana. A su vez, no existe un momento mejor o peor del día para consumirlos, siendo uno de los alimentos más versátiles que existen.
Dentro de las múltiples propiedades de esta fruta silvestre, encontramos las siguientes vinculadas a su alta composición de antioxidantes y Vitamina C:
Lo ideal es conservar los arándanos congelados o consumirlos frescos en el caso que sea posible y lavarlos recién antes de comerlos. Además de frescos, se encuentran congelados, desecados, envasados, prensados, en jugo o gelatina. Pero, es importante saber que al congelar esta fruta puede perder mucha Vitamina C.
Podemos comerlos tal y como nos los da el arbusto en el que crece esta baya, o bien elaborar diferentes recetas con arándanos. Estas son algunas formas sencillas de incorporar este alimento a tu dieta y obtener beneficios notables en tu salud.