Generalmente, el recién nacido suele tener un nombre que esté relacionado con un familiar directo. En muchos casos, el nombre de los abuelos puede imponerse por mayoría, mientras que el del padre queda en un segundo plano.
Revisando los registros del RENAPER, se pueden encontrar nombres llamativos que se destacan por ser muy originales o que muy pocos lo han utilizado para identificar a su niño.
Existe un nombre que es muy particular y que solamente ha sido registrado históricamente en dos oportunidades en la Argentina. Ese nombre es Ano, que tal vez para algunas familias puede resultar algo desagradable y por eso ha sido dejado de lado.
El nombre Ano es poco común, al menos en la Argentina. Puede resultar lógico que no haya sido elegido por otras familias para llamar a su bebé. Lo que resulta llamativo es que de acuerdo a los registros, dos personas llevaron ese nombre en Argentina.
A partir de la búsqueda de su origen, se logra descubrir el momento en que los dos niños fueron bautizados con el nombre Ano. Ambos nacieron en el año 1937, y tenga que ver, posiblemente, con algún movimiento migratorio que haya sucedido en esa época.
De acuerdo a la investigación realizada por especialistas que se dedican a buscar el origen de los nombres, se pueden manejar varias posibilidades, según la región o la lengua en la que aparezca.
Una ley vigente en Argentina regula cómo deben elegirse, se inscriben y se modifican los nombres y apellidos, y de acuerdo a la normativa, actualmente no se permitiría bautizar a un niño con el nombre Ano.
El texto de la ley indica: “Una persona puede poseer hasta tres prenombres, que deben ser apropiados y no ofensivos ni ridículos”. Además, agrega: “No pueden repetirse designaciones de hermanos vivos ni usarse apellidos como nombres, salvo excepciones. Este último se elige por acuerdo entre los padres, y en caso de conflicto, se define por sorteo. Además, puede solicitarse un cambio justificado por vía judicial”.