La vitamina D, comúnmente asociada con alimentos de origen animal como pescados grasos, huevos o lácteos fortificados, tiene un papel esencial en la salud ósea y en el funcionamiento del sistema inmunitario. Por ello, la inclusión de esta fruta en la dieta representa una alternativa interesante para aquellos que buscan fuentes vegetales de este nutriente, especialmente en contextos donde el consumo de productos animales es limitado o nulo.
¿Por qué es necesaria la vitamina D?
Según MedlinePlus, un recurso virtual ofrecido por Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos (NLM), las vitaminas son sustancias esenciales para el crecimiento y desarrollo normales del cuerpo humano. Entre ellas, la vitamina D desempeña un papel crucial en diversas funciones corporales.
La vitamina D es fundamental porque:
- Facilita la absorción de calcio, un mineral clave para la formación y el mantenimiento de huesos fuertes. La falta de vitamina D puede derivar en problemas óseos, como osteoporosis y raquitismo.
- Influye en el funcionamiento de los nervios, músculos y el sistema inmunitario: los músculos dependen de esta vitamina para realizar movimientos. Los nervios la necesitan para transmitir mensajes entre el cerebro y otras partes del cuerpo. El sistema inmunitario utiliza la vitamina D para proteger el organismo contra bacterias y virus.
Esta vitamina, por tanto, contribuye al bienestar general, al mantener huesos sanos y apoyar múltiples sistemas corporales.