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Parte de la estructura de la Muralla China está hecha de tierra apisonada intercalada entre tablas de madera, ladrillos de adobe, una mezcla de ladrillo y piedra, rocas o pilotes y tablones.
Fue construida paulatinamente entre los siglos VII y IV a. C. Tras la unificación de China, el emperador Qin Shi Huang (que reinó del 221 al 210 a. C.) ordenó la conexión de varias murallas existentes para formar una línea de defensa continua contra las posibles invasiones enemigas.
La Gran Muralla China no es una única, si no más bien se trata de una red de fortificaciones que se extiende por más de 21.000 kilómetros.
En las zonas montañosas o rocosas, se utilizaban piedras locales y se apilaban con precisión, aprovechando el relieve del terreno como defensa natural. En regiones desérticas o más planas, la técnica era diferente: compactaban tierra entre moldes de madera, capa por capa, hasta formar muros firmes. Este método, conocido como "tapial" o "tierra apisonada", era común en la arquitectura antigua china.
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En algunas partes más avanzadas, especialmente durante la dinastía Ming (1368–1644), se usaron ladrillos cocidos y una mezcla innovadora: mortero hecho con cal y arroz glutinoso. El almidón del arroz actuaba como un pegamento natural, lo que daba a las construcciones una resistencia sorprendente. De hecho, muchas de estas secciones siguen intactas hasta hoy.
Características de la Muralla China
- Suele tener unos 6,5 metros (21,3 pies) de ancho en la base y 5,8 metros (19 pies) en la cima.
- Su altura promedio es de 7 a 8 metros (23 a 26 pies).
- Tiene 67 torres de vigilancia.
- Está a 980 metros sobre el nivel del mar.
- Hoy, la Gran Muralla China es Patrimonio de la Humanidad.