Curiosidades argentinas

Made in Argentina: el invento que nos posicionó en el mundo por ayudar a personas con discapacidad visual

Este invento argentino creado en 1983, discreto, pero revolucionario, transformó la forma en que las personas se relacionan con el mundo de la ceguera

Se consideran "inventos argentinos" los logrados por argentinos que están en Argentina, pero también por argentinos que residen en otros países. Lo cierto es que muchos son puestos en tela de juicio, como el de hoy, que se trata de un elemento clave en la vida de las personas con ceguera.

La historia de los inventos que transformaron la vida de millones de personas suele estar marcada por grandes laboratorios. Sin embargo, hay ideas simples, nacidas de la empatía y de ponerse en el lugar del otro, que logran un impacto global. Uno de estos casos es bien nacional, nacido en Argentina y sin duda cambió para siempre la forma en que las personas ciegas se movilizan en el mundo.

Según la Organización Mundial de la Salud, la visión, el más dominante de nuestros sentidos, desempeña un papel fundamental en cada etapa de nuestras vidas. La damos por sentado, pero, sin ella, nos cuesta aprender, caminar, leer, participar en la escuela y trabajar. Por eso, cuando una persona no tiene visión, necesita ayuda la mayor parte de su vida a medida que vaya a aprendiendo a solventarse.

semáforo para personas con idscapacidad visual
En 1983, Mario Dávila creó el primer semáforo para personas ciegas del mundo a partir del semáforo convencional de luces. 

En 1983, Mario Dávila creó el primer semáforo para personas ciegas del mundo a partir del semáforo convencional de luces.

En este sentido, Argentina es reconocida por uno de los más significativos inventos en materia de inclusión: se trata del semáforo para ciegos, creado en 1989 por el argentino Mario Dávila. Este dispositivo innovador posicionó al país en el mapa mundial al brindar una solución concreta a las personas con discapacidad visual en su vida cotidiana.

Semáforo para personas ciegas: el invento argentino pensado para la inclusión

El semáforo para ciegos consiste en un dispositivo con pantalla en sistema Braille, que permite al no vidente reconocer información clave. Este dispositivo se ubica en la vereda, justo donde las personas esperan que se detengan los autos. Al estar en rojo el semáforo tradicional, este aparato comienza a hacer un ruido intermitente que indica que es momento de cruzar la calle, mientras que, cuando hace un ruido más pausado, muestra que se debe aguardar en la esquina.

De esta manera, otorga mayor autonomía y seguridad en la vía pública, un desafío que hasta ese momento estaba poco contemplado en la planificación urbana. De hecho, el primero se instaló en la esquina de Medrano y Díaz Vélez, cerca de la Biblioteca Argentina para Ciegos de la Ciudad de Buenos Aires.

semaforo para personas ciegas
Dentro de esta alternativa, se contempló a los no videntes que también son sordos. Para ellos, el dispositivo emite una vibración que les permite identificar si pueden o no atravesar la vía pública.

Dentro de esta alternativa, se contempló a los no videntes que también son sordos. Para ellos, el dispositivo emite una vibración que les permite identificar si pueden o no atravesar la vía pública.

La creación de Mario Dávila en 1989 significó un antes y un después en el campo de la accesibilidad. Gracias a este invento, ciudades de diferentes países comenzaron a implementar sistemas similares, entendiendo que la movilidad urbana debía ser pensada para todos. Argentina, con este avance, mostró al mundo que la tecnología puede ser una herramienta poderosa para la inclusión social.

Actualmente, los semáforos sonoros y táctiles se han expandido en numerosas ciudades, contribuyendo a que las personas con discapacidad visual puedan desplazarse de forma más independiente. El aporte pionero del argentino Mario Dávila no solo fue técnico, sino también social, ya que abrió la discusión sobre la necesidad de un urbanismo inclusivo.

Temas relacionados: