Historias de vida

Lo dejó su novia y transformó el dolor en aventura: partió en bici con sus perros de Mendoza a Uruguay

El mendocino Lautaro Castañon emprendió un viaje en bicicleta junto a sus perros tras un desengaño amoroso. Después de 100 días recorriendo el país, llegaron a Uruguay

“Dejé todo para pedalear por Latinoamérica con mis bebés Rolo y Flaco rumbo a Uruguay”, se lee en la biografía de Instagram de @lautarocastanon. Y más abajo, una frase que resume su nueva forma de mirar la vida: “Buscamos momentos únicos”.

lautaro castanon y sus perros hermosos

"Empezamos una nueva vida en Uruguay, pero necesito un trabajo", cuenta Lautaro Castañon.

Lautaro Federico Castañon Leiva tiene 26 años, es de Guaymallén, Mendoza, y viaja acompañado de sus dos perros rescatados: Rolo y Flaco. Su historia comenzó con un final. Lo dejaron, y todo cambió.

Embed - Lautaro viaja en bici rumbo a Uruguay junto a sus perros Rolo y Flaco

“Cuando perdí la familia que estaba formando sentí que mi vida se apagaba y que no tenía sentido. Perder a la mujer que amaba me afectó mucho en lo emocional y en lo económico. Tenía que cuidar a los perritos y hacer todo solo. Y mi problema de aceptación se agrandó cuando ella se fue”, cuenta con franqueza.

Lautaro tiene un defecto físico: perdió la visión de un ojo en un accidente. “La única persona que me hacía sentir bien era ella. Pero cuando decidió abandonarnos, se me cayó el mundo”, recuerda.

Entonces, cuando llegó la hora de renovar el alquiler, tomó una decisión radical: dejarlo todo y salir a pedalear. “Decidí irme a ver qué tenía la vida para mí. Quería buscar momentos y personas únicas que pudieran llenar ese vacío”, dice.

Su idea inicial era llegar a Brasil, pero el camino lo llevó a otro destino. “Por la gente que fui conociendo y por cosas de la vida terminé desviándome y llegué a Uruguay”, cuenta. Allí, en la ciudad de Mercedes, encontró un poco de calma después de casi 100 días de ruta.

“Me encantaría poder quedarme acá, conseguir trabajo y un lugar donde vivir con mis perritos”, dice.

100 días, dos perros y una historia de coraje

El viaje de Lautaro no fue fácil. Atravesó San Luis, Córdoba, Rosario y Entre Ríos en su bicicleta con un carro que carga todo lo que tiene. “Por defender a uno de mis perritos del ataque de un pitbull me mordió la mano y se me infectó. Me había quedado sin fuerzas, sin agua ni comida. La herida empeoraba cada vez más. Hasta que un alma hermosa en moto nos llevó hasta un camping en Río Cuarto, donde conocí a Juan y a su mujer. Ellos me ayudaron unos días, me dieron medicamentos y pude recuperarme”, evoca.

También hubo momentos hermosos, llenos de humanidad: “Pesqué para comer, me encontré con gente que me alojó en su casa, pasé momentos super lindos”, recuerda.

Rolo y Flaco en el carro
Rolo y Flaco, dos perros rescatados. Lo acompañan en su travesía y son su sostén.

Rolo y Flaco, dos perros rescatados. Lo acompañan en su travesía y son su sostén.

Durante las noches, duerme junto a Rolo y Flaco en una carpa o, a veces, directamente en el piso. “Para no llamar la atención, muchas veces dormimos en el suelo. No me arrepiento, pero ya no tengo ganas de que mis perritos pasen por eso. Quiero vivir bien, como antes”, exclama.

El cruce más desafiante... en bicicleta

Uno de los momentos más duros y emocionantes de su travesía fue al llegar al Puente Internacional Libertador General San Martín, que une Argentina con Uruguay, a la altura de Fray Bentos.

“Está prohibido cruzarlo en bicicleta. Yo estaba ahí, sin fuerzas, sin haber comido, y era sábado. Ya no pasaban camiones, y el domingo menos. Gendarmería me vio y, al ver que nadie me ayudaba, me preguntaron si me animaba a cruzar”, cuenta.

rolo perro de lautaro castañon
Rolo.

Rolo. "Ellos son incondicionales y, aunque el carro pesa, es una alegría sentirlos cerca", asegura Lautaro.

El puente, de 45 metros de altura, parecía imposible. “Con los perros arriba y 140 kilos de arrastre, lo subí. La gente me felicitaba por el esfuerzo. Fue algo increíble”, rememora.

Ese cruce marcó un antes y un después. Del otro lado del río lo esperaba Uruguay, y con él, la esperanza de una nueva vida.

“Ellos, mis perros, me salvaron”

En Mercedes, Lautaro encontró un respiro. “Soy peluquero (barbero) y electricista. Me gustaría poder quedarme acá, trabajar y empezar de nuevo”, explica. Mientras tanto, sobrevive vendiendo artesanías y limpiando autos.

“Me encanta Uruguay, pero estoy cansado. Fueron muchos días de ruta, de dormir a la intemperie, de remar con todo. Ahora quiero una oportunidad”, dice.

Cada día junto a sus perros le recuerda por qué sigue. “Ellos me salvaron. Si no fuera por Rolo y Flaco, no sé si hubiera tenido la fuerza para seguir”.

lautaro con gente que se encuentra en el camino

"Me encuentro con gente hermosa y solidaria que me da una mano", cuenta Lautaro a Diario UNO.

En su cuenta de Instagram comparte fotos de su recorrido, los paisajes que lo emocionan, la carpa bajo las estrellas y las miradas de sus fieles compañeros. Detrás de cada imagen hay una historia de superación, de pérdidas transformadas en impulso.

“Perdí mucho, pero gané algo que no tiene precio: libertad”, resume. “Ahora busco eso, momentos únicos”, reitera.

Su historia es dura y real: un mendocino roto por el desamor, que en lugar de rendirse eligió pedalear, con dos perros, una bici, un carro y una esperanza enorme.

Cómo ayudar a Lautaro y a sus dos perros

Quienes deseen colaborar con Lautaro en su travesía y su búsqueda de una nueva oportunidad pueden hacerlo a través de transferencias al alias: Rolo.flaco.viajes

(Nombre de la cuenta: Lautaro Federico Castañón). En ocasiones suele necesitar dinero para alimentar y asistir a sus perros. Instagram: @lautarocastanon