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Según el libro "Tras los pasos de Hitler", el propio líder nazi estuvo alojado en este hotel cordobés en la época de mayor auge del Gran Hotel Viena. Sin embargo, la afluencia de gente al hotel nunca estuvo a la altura de las expectativas, por lo que en 1947 cerró sus puertas como alojamiento. En el lugar quedó viviendo solamente el jefe de seguridad, identificado como Martín Krüegger. Pero, misteriosa y trágicamente, el hombre murió envenenado en 1954.
En la década del 60 un privado intentó reflotar el hotel y reabrió sus puertas al turismo. Sin embargo, en 1980, el lugar se inundó luego de una crecida de la laguna, lo que derivó en que se perdiera gran parte del mobiliario. Y ya en 1985 el Gran Hotel Viena cerró sus puertas definitivamente.
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El abandono y las versiones del hotel embrujado
En la actualidad, el Gran Hotel Viena -que se destaca por su estilo arquitectónico característico de los inmigrantes alemanes que lo construyeron- se encuentra cerrado al público. Sin embargo, es una excursión obligada para quienes visitan la zona y eligen recorrerlo y adentrarse en su historia.
La leyenda de que se trata de un hotel embrujado y blanco de una maldición es una de las más repetidas por los lugareños. Primero, por las trágicas y misteriosas condiciones en que murió envenenado Krüegger en 1954. Pero, además, por distintos episodios registrados en tantos años de abandono y desidia.
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El Gran Hotel Viena sufrió saqueos y usurpaciones durante décadas. Pero la leyenda más misteriosa es la que hace foco en la tenebrosa habitación 106 del hotel donde, se dice, suele verse a una mujer sentada en la cama. Médiums y especialistas han hecho reiteradas visitas al lugar, y todos han percibido esta extraña presencia.