Fue cosa del Indio Solari. Hubo un día, hace justo 7 años, en que todo fue una fiesta. Miles y miles, más de cien mil, cantando y saltando. Algunos habían dicho que eso iba a ser imposible, un peligro, un riesgo. Pero todo fue una fiesta, un canto de alegría, miles de cantos. Toda una Mendoza solo hablando de eso. Todo un país mirando a ese lugar, para algunos casi desconocido, en un oasis del desierto cuyano. El Indio Solari en General San Martín.

El intendente Jorge Giménez había decidido cobijar al fenómeno popular musical más poderoso de la Argentina, después de que en otros puntos de la provincia se asustaran, porque le temieron a las multitudes. Y se confirmó que el pogo más grande del mundo sería en la tierra del Libertador, no se habló de otra cosa.

En el Parque Agnesi durante días se fueron multiplicando los campamentos de grupos de todas las edades, de todos los puntos de la patria, que fueron llegando con sus banderas, sus carteles, sus enormes ganas de ver y escuchar al mito musical viviente más fenomenal. Como si fuera un culto.

Y la noche del 14 de septiembre de hace 7 años, en un preludio primaveral increíble de agua nieve, más de 100.000 personas concretaron un sueño que había sido impensado hasta hacía poco tiempo.

Sin diferencias de edades ni de clases sociales. Sin diferencias. Todos juntos.

Fue el encuentro popular más grande de los últimos 20 años. Fue el fenómeno pasional más grande. Fue una fiesta.

Los años pasaron. El Indio Solari volvió a San Martín y realizó un segundo recital. Y ahora, en estos días donde semejante fenómeno parece una leyenda, es bueno recordar que ocurrió y que es bueno conservar la esperanza de que algún día volverá a ocurrir.

La esperanza es lo último que se pierde, dice. Los recuerdos son eternos.

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