Cuando cambian las estaciones también cambia la actividad de los insectos. Muchos se resguardan, otros hibernan y varios continúan con su vida normal más allá del frío o el calor. El verano suele ser el pico de actividad de los mosquitos.
Muchas personas piensan que el fin del verano significa la muerte de los mosquitos, pero esto no es tan así. Algunas especies no soportan el frío, por lo tanto depositan sus larvas en el verano para que éstas preserven la especie.
Otros mosquitos disminuyen la actividad en el invierno pero no mueren. Por lo tanto, nadie está libre de recibir una picadura o varias en los meses de frío. Los mosquitos tienen 4 etapas biológicas: huevos, larvas, pupas y adultos.
Estos insectos son de sangre fría, esto significa que no pueden regular su temperatura corporal. Otro ejemplo de este tipo de especies son las lagartijas o lagartos.
Cuando llega el invierno, los mosquitos adultos se vuelven letárgicos, esto quiere decir que se ponen más somnolientos o desganados que durante los meses de calor. En climas por debajo de los 10ºC, dejan de volar por completo, pero antes depositan sus huevos.
Los huevos suelen colocarse en espacios más cálidos al igual que las hembras hibernan en sitios con temperaturas moderadas. Si te preguntas dónde van estos insectos, probablemente los encuentres en espacios cerrados en estado de latencia.
Suelen hibernar en desagües, cobertizos, garajes, subterráneos, pilas de leña y casas de animales o simplemente se posan sobre las paredes o grietas de las casas.
Los mosquitos pueden realizar dos procedimientos de supervivencia en los momentos de frío, esto depende de la especie.
Las hembras que se alimentan de sangre desaceleran su metabolismo durante el invierno y se mantienen en un estado de desarrollo pausado hasta que vuelve el calor, este proceso se conoce como diapausa.
En otros casos, las hembras mueren pero los huevos permanecen latentes hasta la llegada del calor. Este proceso se llama quiescencia. Las larvas de los mosquitos están bajo el agua.
El primer proceso forma parte de un mecanismo hormonal y fisiológico de ciertas especies. El segundo proceso es una respuesta de urgencia frente a factores ambientales abruptas.
Es por ello, que incluso en el invierno deberías evitar y controlar las fuentes de reproducción de mosquitos. Evita dejar tarros o recipientes con agua estancada, limpia regularmente los galpones, tuberías y cobertizos; y detecta los criaderos para eliminar las larvas de raíz.