También por todo lo que había aprendido trabajando en el museo supo exactamente qué hacer una vez que la espada estuviera en tierra firme: la preservó colocándola en agua destilada, hasta que las autoridades arqueológicas del gobierno se hicieron cargo del objeto.
Dos años después, esa misma espada está volviendo al museo donde fue descubierta, según expresaron desde el Ministerio de Ciencia y Educación Superior de Polonia.
Miles de años de historia
Una vez realizados los primeros análisis, los arqueólogos determinaron que el arma databa de entre los siglos IX y X, y tiene un estilo similar a los de las espadas vikingas de esa época. Estas características son las que vuelven única a esta espada, ya que sólo se encontraron tres similares en toda la historia de Polonia.
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El descubrimiento alegró a la comunidad arqueológica de Polonia.
Una buena noticia que dieron tras el descubrimiento es que el agua del río había preservado muy bien el arma, aunque se necesitaron también muchos años de restauración para tenerla lista para exposición. El principal problema que tenía era la mineralización en la hoja, que afectaba principalmente la hoja, en la zona en la que más golpes había recibido.
La restauración se enfrentó a desafíos particulares. Debido al entorno en el que había sido preservada el arma, todos los trabajos se realizaron bajo el agua, hasta que se lograron estabilizar los materiales.
La teoría de cómo llegó la espada al agua es que, simplemente, se le cayó a su dueño mientras cruzaba el río. Ahora habrá que esperar un año más para verla expuesta.