Uno de los pasajes más citados es Mateo 24:7, donde se menciona que "habrá hambres, pestes y terremotos en diferentes lugares". Aunque el texto no menciona explícitamente el cambio climático, los efectos que este fenómeno tiene en el planeta —como el aumento en la frecuencia e intensidad de desastres naturales— pueden interpretarse como señales de los tiempos finales.
El rol de la humanidad en la creación
Desde una perspectiva bíblica, el ser humano tiene un rol crucial como administrador de la creación. En Génesis 2:15, se dice que Dios puso al hombre en el Jardín del Edén "para que lo trabajara y lo cuidara". Sin embargo, la explotación desmedida de los recursos naturales, la contaminación y la falta de cuidado por el medio ambiente podrían ser vistos como un incumplimiento de este mandato divino.
Algunos líderes religiosos argumentan que el cambio climático es una consecuencia directa del pecado humano y de la falta de responsabilidad en la administración de la Tierra. Esta visión resuena con la idea de que las acciones de la humanidad están acelerando el cumplimiento de las profecías bíblicas sobre el fin de los tiempos.
El Juicio Final y la restauración de la Tierra
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La Biblia también habla de un juicio final, donde Dios juzgará a la humanidad por sus acciones. En este juicio, aquellos que hayan seguido sus mandamientos serán recompensados, mientras que los que hayan causado daño a la creación sufrirán las consecuencias. Apocalipsis 11:18 dice: "Y destruirá a los que destruyen la tierra". Este versículo es a menudo interpretado como una advertencia para aquellos que han contribuido al deterioro ambiental.
A pesar de estas advertencias, la Biblia también ofrece un mensaje de esperanza. Después del juicio, se habla de una nueva tierra, donde no habrá más sufrimiento ni muerte. Esto sugiere que, aunque el cambio climático y otros desastres puedan parecer señales del fin, también podrían ser vistos como parte del plan divino para la eventual restauración de la creación.