Tren en Mendoza

El retorno del tren le permitió cumplir su sueño a una pareja de jubilados mendocinos

El martes pasado Sonia Galiano y Alberto García se subieron al tren en Mendoza, para iniciar un periplo por todo el país, un anhelo largamente esperado

Así como Florentino Ariza y Fermina Daza decidieron en la edad de ser abuelos mantenerse unidos en el moebius de un interminable viaje fluvial en el inmortal libro de Gabriel García Márquez, El amor en los tiempos del cólera, dos jubilados mendocinos eligieron subirse al recién retornado tren, y salir a recorrer juntos el país, sin tiempos ni apuros.

Dos mendocinos, de Luzuriaga, Maipú, se subieron al tren para escribir el más apasionante capítulo en las historias de vida de nuestro tiempos. Atrás quedaron los años de trabajo, crianza de hijos y hasta de nietos. Ahora el tiempo es de ellos, y de la mano salieron a disfrutar "su" tiempo, juntos.

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Palmira de fiesta. Al igual que todas las viejas estaciones de la línea General San Martín de Ferrocarriles Argentinos, se celebró el retorno del tren en Mendoza

Palmira de fiesta. Al igual que todas las viejas estaciones de la línea General San Martín de Ferrocarriles Argentinos, se celebró el retorno del tren en Mendoza

Ellos son Sonia Galiano y su esposo Alberto Jorge García, tienen ambos 71 años, y subieron el pasado martes 20 de junio en la estación de Palmira al segundo viaje del tren en Mendoza, que retornó al servicio regular luego de 30 años de ausencia, y partieron con destino a Buenos Aires. Se casaron en enero de 1974, tienen cuatro hijos, de 47, 45, 30 y 29 y nietos, y ahora viajan de la mano, como dos novios.

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Alberto, que se pensionó luego de una vida de atender su propia gomería, aprovechó el cansino traqueteo del convoy para despuntar otro sueño, escribir sus memorias de viaje. "Yo escribo siempre, me gusta, pero no esto. Qué lindo sería que estos apuntes sirvan más adelante para dejárselos a los nietos y los hijos".

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Alberto y Sonia, comenzaron el viaje soñado, ese sin apuro y para vivir cada instante, cada paisaje, aprovechando la ventaja del tren: su economía.

Alberto y Sonia, comenzaron el viaje soñado, ese sin apuro y para vivir cada instante, cada paisaje, aprovechando la ventaja del tren: su economía.

El tren les hace posible el sueño de conocer el país

"Son 7.500km que queremos hacer. Vamos a Retiro, y luego hacemos Retiro- Rosario, Rosario- Santa Fe, Santa Fe-San Miguel de Tucumán, Jujuy- Tren de las Nubes; y volver a Catamarca, San Juan, y finalmente Mendoza. Todo en tren, nada de colectivos ni mochilas" anunció Alberto sobre el recién iniciado viaje, junto a su esposa, ex empleada en la UNCuyo y que también lo ayudó en la administración de su gomería.

Sonia, más conocida como China, confesó: "Este viaje era un sueño largamente esperado y postergado. Que fuera en tren, no lo esperaba, pensaba que no iba a ocurrir que retornara el tren. Hemos viajado un poco, de otras maneras, pero el saber que ponían en marcha el tren, fue maravilloso y ahora sí podemos salir como soñamos".

Entrevistados por Julián Chabert, en una informe especial del Noticiero Siete, los viajeros mendocinos respondieron sobre cuánto habían pagado por los pasajes, respondieron: "Pagamos $3.500 cada uno, porque con 40% de descuento de jubilados, más el 10% por sacarlo por internet. Es un lujo esto. La clase Primera (la más económica) no difiere en nada casi de la Pullman, solo en el ancho del pasillo (la Pullman tiene una fila de asiento único y otra doble, mientras Primera son dos filas dobles de asientos)", comentaron sorprendidos.

Alberto, muy locuaz, agregó: "Me gusta la comodidad que hay en este tren. Aparte, la serenidad que tiene, que me permite escribir, no como el micro. Me fascina esto".

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La comodidad y servicios de los trenes modernos sorprendió a los viajeros.

La comodidad y servicios de los trenes modernos sorprendió a los viajeros.

Cuando el tiempo no es problema

Respecto al factor más criticado de este servicio ferroviario, la lentitud, Alberto señaló: "¡Me encanta, he salido a disfrutar, no quiero llegar ya! Me pasa que acompaño a muchos matrimonios amigos a Tucumán (desde Buenos Aires), y a las ocho de la noche te subís, y a las seis o siete de la mañana estás allá. ¡Pagás para dormir, y yo quiero pagar para ver, para disfrutar!, así que si tarda 28 o 30 horas, bienvenido sea."

En ese punto, Sonia sumó: "Es que ahora tenemos tiempo. Dinero no, pero tiempo sí", destacó sonriendo, rescatando lo económico del precio de los pasajes.

"No me importa ni la hora que llegue ni a donde vaya. Yo quiero recorrer el país en tren, y compartirlo con mi esposa" Alberto "No me importa ni la hora que llegue ni a donde vaya. Yo quiero recorrer el país en tren, y compartirlo con mi esposa" Alberto

Sobre este revivir del tren en Argentina, Alberto reflexionó: "Al tren lo trajeron los ingleses para que fueran las venas que recolectaban la riqueza del país, y la llevaban al puerto, y de ahí a la Corona (británica). Pero nosotros ahora podemos transitar estas venas, y disfrutar. Es lo único que nos vamos a llevar de esta vida.

Inspirado por el momento, el mendocino viajero se animó a compartir las primeras líneas de su bitácora de viaje. "A la vera de las vías, de viejas vías; viejos esqueletos de raídos trenes, que en una época transitaron nuestro país, adornan las vías, como parte más del paisaje. Las comodidades del tren son bárbaras: una azafata, un auxiliar, y un amigo haciéndonos una nota... ¿Qué más puedo pedir?".

Consultados sobre el contexto político y el valor real que enmarca este retorno del servicio de trenes, Sonia analizó: "Yo creo que este es un primer paso, más allá del gobierno que haya después de este, creo que esto se va a reactivar, y vamos a tener una mayor frecuencia de servicios, seguramente".

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La charla entre amigos, la mirada perdida en el horizonte, y hasta la posibilidad de escribir sobre el viaje, les permitió a Sonia y Alberto el viaje en tren.

La charla entre amigos, la mirada perdida en el horizonte, y hasta la posibilidad de escribir sobre el viaje, les permitió a Sonia y Alberto el viaje en tren.

Por su parte, Alberto aportó: "Cuando viajen 500 personas por formación, ¿Vos crees que al que esté (en el gobierno) no le va a interesar ponerlo? -¡Hay que ver el turismo que mueve el tren!".

La locomotora pitó en pleno desierto, y siguió su lento avance de caracol, por vías que fueron olvidadas. En un vagón, dos amantes se reencontraron en el traje de ancianos, pero en sus ojos, ávidos de horizontes, brilló el amor como al principio. Y juntos van escribiendo una historia, llena de argentinismos, que podría llamarse El amor en los tiempos de la post pandemia.