Argentina esconde pueblos donde el lago es tan claro que se ven los peces desde la orilla y los alerces milenarios tocan el cielo con ramas como dedos. El plan es remar entre islas y dormir en cabañas con olor a leña, inmerso en paisajes que parecen literalmente pinturas al óleo.
Es un destino de agua dulce en Chubut, donde playas patagónicas y alerces centenarios forjan viajes relajados. Sus kayaks silenciosos, cascadas ocultas y fogones comunitarios lo coronan como el pueblo para nadar en lagos glaciares, regresando con arena en los pies y el eco del agua en los oídos.
Entre bosques y lagos, los paisajes del pueblo de Lago Puelo.
El pueblo más pintoresco de Chubut
Lago Puelo, en la provincia de Chubut, con casi 1.500 habitantes, es el centro para kayak en aguas turquesas y trekkings a cascadas ocultas. Este pueblo cordillerano dentro del Parque Nacional Lago Puelo es un refugio para familias y kayakistas que buscan la Patagonia sin ruido.
A 140 kilómetros al sur de Esquel, el pueblo es un semicírculo con una playa principal de arena fina, calles de ripio con hostels de madera y un centro de interpretación con maquetas del bosque valdiviano. Fue fundado en 1928 como colonia agrícola y hoy es una comuna rural con 650 viviendas censadas.
El imán turístico es el Lago Puelo, que pese a ser de la Patagonia tiene temperaturas de agua a 18°C en verano. Desde la playa municipal se alquilan kayaks para remar 2 horas hasta la Isla de los Pájaros, donde cormoranes anidan. La Cascada del Mallín Ahogado, otra de las atracciones, cae 25 metros en una olla natural para chapuzón.
El principal ingreso que tiene el pueblo de Chubut.
Los sabores locales del pueblo brillan: con opciones como trucha al limón con papas noqueadas, cordero al disco con chimichurri de ajo silvestre y guiso de lentejas con chorizo de ciervo. Por si no convencen los paisajes, también está la vasta gastronomía patagónica.






