Al principio en realidad se dirigía rumbo a las Islas Molucas, en el sudeste asiático, buscando especias, pero todo cambió en el camino cuando escuchó rumores de que por esta zona había oro, riquezas, y hasta ciudades legendarias. En ese sitio estratégico fundó Sancti Spiritus, la primera instalación europea permanente en el actual territorio argentino.
Gaboto, que había llegado buscando una vía hacia el “Imperio de la Plata”, construyó el fuerte con madera, barro y empalizadas, e instaló allí una guarnición compuesta por soldados españoles y algunos indígenas aliados. La idea era convertir el sitio en una base para futuras exploraciones hacia el norte.
El conflicto con los pueblos originarios
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Tensiones, abusos y traiciones provocaron un ataque indígena que destruyó todo el asentamiento español
Al principio, la convivencia con los pueblos originarios fue relativamente pacífica, aunque marcada por la desconfianza. Pero pronto comenzaron las tensiones, alimentadas por la imposición de autoridad europea, el abuso de poder y la búsqueda de riquezas por parte de los conquistadores.
En 1529, tras la partida de Gaboto hacia el norte en busca del legendario imperio, los indígenas de la zona se rebelaron. Aprovechando la ausencia del líder y la escasa defensa del fuerte, atacaron Sancti Spiritus y lo incendiaron. Los sobrevivientes huyeron o fueron capturados.
A pesar de su corta existencia (apenas dos años), Sancti Spiritus marcó el inicio del proceso de colonización en el territorio argentino. Fue el primer contacto sostenido entre europeos e indígenas en esta región, y también el primer gran enfrentamiento armado.
Años después, arqueólogos encontraron restos de viviendas indígenas sobre las ruinas del fuerte, cerámicas, huesos de animales, cuentas de collar y hasta objetos de tradiciones europeas e indígenas.