►TE PUEDE INTERESAR: El día después de la fuerte tormenta en Mendoza con graves daños en Luján, Godoy Cruz y Maipú
Inundacion Variante Palmira2 editada.jpg
Los vecinos de San Roque denuncian que las obras de la Variante Palmira "no se hicieron bien" y por eso no drena el agua hacia el río.
Gentileza Matías Pascualetti
Un verano único, con más agua de lo previsto
¿Las nevadas fueron buenas? Claro. ¿Es bueno que tengamos tanta agua en época de sequía? Claro. ¿Por qué entonces nos vemos desbordados?
“Por efecto de El Niño tuvimos abundantes nevadas la temporada pasada”, repasó el científico Lucas Ruiz. “Así pudimos lograr condiciones medias de nieve en las cuencas hacia final del invierno de 2023, pero como la primavera no fue tan calurosa y en enero se dio esta ola de calor, se están dando picos de fusión de la nieve que hacen que que los diques se llenen de agua, lleguen a la cota máxima y se deba permitir que salga más agua hacia los cauces de los ríos”, explicó en idioma fácil.
Los diques están justamente preparados para operar de esa manera. Abrir sus compuertas es una de las herramientas que tienen y es natural que así suceda. Pero qué pasa, que “en Potrerillos, al menos hace 10 años que esto no ocurría”; es decir que, producto de la megasequía histórica “no había esta cantidad de agua disponible” y las erogaciones se están dando más seguido y en mayor tamaño.
El superintendente de Irrigación explicó el paso a paso de lo que sucedió: “Nosotros tenemos que tener llenos los embalses en primavera, que es cuando se comienzan a hacer las erogaciones para el agro. En esa época, es más el agua que sale, que la que ingresa”.
Y entre tanto, se realiza el pronóstico de caudales para la temporada. Esto pasó y se presentó en octubre pero un mes después, ya en noviembre, volvió la nieve a la cordillera y esos datos quedaron fuera de aquel informe. “Básicamente, aumentó la oferta”.
Crecida del río Mendoza.jpg
La crecida del río Mendoza.
Fuente/ Cristian Lozano
Pero a ello se le sumó que en enero comenzó una onda de calor, con temperaturas extremas durante 17 días que hizo que los caudales aumentaran extremadamente rápido por la intensidad del deshielo.
Tanto, que, por ejemplo, el dique Potrerillos ya está al 99% (cuando se espera que esto pase recién en marzo) y el volumen del río Mendoza está en un 16% más arriba que lo que pronosticó el DGI en octubre.
“En los últimos 17 años tuvimos siempre promedios inferiores al actual”, explicó Marinelli sobre el caudal del río Mendoza, que es el que se alimenta al liberar Potrerillos.
Crecimiento del río Mendoza- Potrerillos.jpg
Así luce el dique Potrerillos.
Fuente/ Cristian Lozano
El promedio histórico es de 97 m³/s mientras que este enero fue de 126 m³/s. Lo mismo sucedió en la cuenca del río Tunuyán, donde el caudal medio también superó en un 30% al medio histórico. En ese caso, El Carrizal no está lleno pero está a un 88% y el derrame es 6% más alto de lo pronosticado para la temporada.
Del total del agua que llega al río, 70m³ por segundo se erogan para el agua potable y el resto va a parar aguas abajo del dique Cipolletti. Entonces, ¿cuándo va a bajar el caudal en el río en esa zona? “Cuando al río llegue la mitad de lo que llega actualmente”. ¿Y cuándo puede suceder eso? Seguramente una vez que pase la ola de calor, que como mínimo está pronosticada hasta el 6 de febrero, y así se ralentice el deshielo.
Muertos e inundaciones
La ministra de Energía y Ambiente, Jimena Latorre, y el superintendente de Irrigación, Sergio Marinelli, fueron las caras visibles del Gobierno provincial que esta semana le pidieron a la población “extrema precaución ante la situación climatológica”.
Se refirieron así a las alertas por incendios forestales, la ola de calor eterna, la crecida de los cauces, el deshielo acelerado y las tormentas, que efectivamente se dieron este viernes por la noche.
Entre las consecuencias de estos fenómenos, y los escurrimientos que transitan por el río Mendoza y que aumentan el proceso de erosión del pie de la barranca, se desprendió material a la altura de la Playita Luján generando un desmoronamiento. La zona de la barranca sur de la Playita quedó clausurada.
También quedó cerrado el Valle de Vacas en Aconcagua por el potencial riesgo de aludes y procesos de remoción en masa que podrían desencadenarse a raíz de la formación repentina de tres lagunas en el río Relinchos, aguas abajo de Plaza Argentina y aguas arriba de Casa de Piedra.
Pero más allá de las advertencias sobre los fenómenos, sobre el crecimiento de los ríos, la peligrosidad, y de las explicaciones dadas por científicos y funcionarios, lo cierto es que la gente se sigue muriendo ahogada arrastrada por la corriente, y las familias se siguen inundando por estar instaladas en terrenos no aptos.
¿Cómo es que se llega a esto? “Por irresponsabilidad”, dice Marinelli en general. “Por falta de ordenamiento territorial”, agrega la ministra Latorre sobre las inundaciones. “Fuimos estafados”, dicen los vecinos del barrio San Roque, tapado por el agua del río en Maipú. “Se desvió el curso del agua y hubo falta de mantenimiento del cauce”, dijeron desde la Municipalidad.
“No se deben meter en los cauces”, insistió Marinelli sobre aquellos, principalmente adolescentes, que deciden refrescarse en zonas prohibidas. Claro, las temperaturas extremas, la necesidad y la negligencia no ayudan para tomar una decisión razonable. Pero tampoco la oferta provincial y municipal y en eso también hace hincapié el titular de Irrigación. “Lo he hablado en privado con intendentes. La solución es que se hagan más lugares públicos para bañarse, especialmente cerca de los barrios” que no tienen a mano un sitio seguro para hacerle frente al calor.
“Podemos hacer cauces paralelos y llenarlos de agua, sin que sea la propia gente la que altere el cauce natural. Se pueden hacer playitas, como se hizo en Junín”, agregó. ¿Y entonces? ¿Quién le pone play al asunto?
En tanto que sobre las inundaciones de unos 20 lotes en Maipú con agua del río Mendoza, Marinelli aseguró que el barrio (en San Roque, a un costado de la Variante Palmira que está en obra) está mal ubicado y que el agua, más allá de que también ingresa por arriba porque las casas están por debajo de la superficie permitida, aflora de manera subterránea porque se trata de una zona de recarga del río.
Todos saben que ahí no debería haber viviendas. Irrigación, Maipú y los propios vecinos. “No debió pasar porque para eso tenemos desde el 2018 la Ley de Ordenanza Territorial”, apuntó la ministra haciendo especial hincapié en que el municipio peronista no hizo completa su labor.
Pero lo que pasó según contaron desde Maipú es que esos terrenos, como todas las áreas de más de 2,000 metros, estaban considerados como rurales por Catastro y para sus habilitaciones no se pedía intervención de los municipios.
►TE PUEDE INTERESAR: Dos jóvenes se ahogaron en distintos puntos del río Mendoza y sigue la búsqueda de los cuerpos
Hay vecinos que llevan en la zona 18 años, otros 10 y otros 4. Los propietarios originales eran los Muñoz, Daniel, Rodolfo y Mauro. Vendieron los terrenos con la figura de condominio y “con servicios” pero según explican desde una asociación que conformó el barrio, finalmente eso no fue así y todavía están penando por tener luz.
Ellos acusan que, más allá de si hay o no irregularidades en el asiento y de su buena fe, fueron las obras de la Variante Palmira las que hicieron que ahora sus casas se inunden. Ven que hay tres hijuelas y que por ellas el agua, en vez de ir hacia el río, vuelve. “Es porque han usado áridos del río para la construcción de la obra”, concluyen.
Pero “Minería hizo las aprobaciones”, dice Marinelli. “Y de la única manera que se podría saber si tuvo o no algo que ver la obra es haciendo un peritaje”, agrega.
Guillermo Amstutz, jefe regional de Vialidad Nacional (al menos hasta que Javier Milei lo reemplace), descartó errores en la planificación de la obra y concluyó, como el resto de los funcionarios, en que esas casas no deberían estar ahí.
“Para poder hacer la obra, como no podíamos tocar el lecho del río, hicimos un pedraplén”, es decir que se colocaron piedras sobre la superficie del agua para crear sobre ellas el camino más elevado. El agua, entonces, escurre por debajo de la ruta.
Ese trabajo no se hizo en la construcción de las casas: “Si ese mismo terreno se rellena con tierra y se construye encima, cuando las napas suben vas a tener inundaciones”.
¿Pero y ahora qué? “Hemos empezado un proceso de ordenamiento territorial con los vecinos”, dijo Eduardo Mezzabotta, secretario de Infraestructura y Servicios Públicos de Maipú, que trata de enfocarse en poner el eje en el futuro y no en las acusaciones de falta de planificación que deslizó la ministra Latorre.
Desde el equipo legal del municipio se brindó asesoramiento a los vecinos para que empiecen las acciones pertinentes y, con ripio de mediano y gran tamaño se reforzaron las defensas para que las familias no se sigan inundando. Maipú, Hidráulica e Irrigación tienen sus máquinas apostadas en la zona para intentar despejarla y prevenir la llegada de más crecida.
Pero nada de eso es suficiente. El olor nauseabundo y la cantidad de bichos hacen que el lugar esté inhabitable.
Y mientras tanto, los palos de un área del Estado a otra siguen
“Además de que se desvió el curso del agua por extracción de árido para la obra; hay falta de mantenimiento del cauce”, acusó Mezzabotta con un palo que recogió Marinelli y otra vez volvimos al inicio: la realidad sorprendió a Irrigación con un 30% más de caudal de la media histórica en enero y temperaturas extremas por dos semanas.
Así, dijo ante el imprevisto, “es imposible preparar cientos de kilómetros de un cauce. No tenemos máquinas para hacerlo; no hay medios materiales ni recursos".
“El cauce tiene singularidades y ciertos lugares a los que hay que prestarle más atención”, devolvieron desde Maipú sin aceptar el argumento del DGI.
¿Qué puede pasar en el futuro en Mendoza?
A corto plazo, si las temperaturas disminuyeran, la cantidad de nieve que se derretiría sería menor y por tanto el deshielo sería más lento; pero según el pronóstico del tiempo, eso no sucederá.
De todas maneras, aquello se da porque “este año es particular”, aclaró el investigador Lucas Ruiz. “Las condiciones de El Niño favorecen a Mendoza y las nevadas fueron producto de cuatro ríos atmosféricos que recibió la cordillera y que permitieron precipitaciones récord".
Sin embargo, a largo plazo, "según los posibles escenarios de emisión de gases invernaderos, los pronósticos indican que no habrá una abundancia de precipitaciones, sino todo lo contrario: falta de ellas”, agregó el científico del Conicet.
Sobre estas investigaciones a futuro, Marinelli reflexionó que “se viene una tendencia a la baja en el promedio de agua anual pero también una variabilidad muy importante: años muy malos, con pocas nevadas, y otros por sobre la media”.
Nevadas.jpg
Importantes nevadas en Mendoza en las últimas horas. Pero la sequía continúa.
Entonces, la clave en Mendoza pasará no sólo por predecir las nevadas, sino también las temperaturas y la fusión de glaciares y, en cuanto a decisiones y obras, la llave estará en cómo guardar el agua, qué obras hacer y el ordenamiento territorial.
Sobre ello, Ruiz afirmó que “las obras que se tienen que pensar no son para contener el agua sino son para utilizar mejor el agua que viene de la cordillera, como la impermeabilización de los cauces”.
Y por otro lado, la mirada, dice el científico, no tiene que estar puesta en lo extraordinario sino en lo que se espera que pase, en lo previsible: “Las lluvias de verano, asociadas a la circulación atlántica, que son las que Mendoza recibe en febrero, sí serán más abundantes”.
Y entonces, apuntó: “Se necesitarán diques de contención en el pedemonte porque se trata de lluvias aluvionales, de dos horas. Ese tipo de obras se están pensando para Mendoza”.
Particularmente, está en construcción la extensión del colector Blanco Encalada, al oeste de Chacras de Coria, que desagua al río Mendoza. La obra empezó en agosto pasado y, según confirmaron del Ministerio de Energía y Ambiente, “ya se encuentra excavada en su totalidad y restan realizar las estructuras de hormigón”.
►TE PUEDE INTERESAR:Familias de Maipú tuvieron que ser evacuadas por la crecida del río Mendoza