El 2x4 desafía géneros

El festival Tango por los Caminos del Vino suma por primera vez una pareja de mujeres

Vanina Mendez y Ailín Rutchle rompen moldes y actuarán juntas en el Museo Fader, en el marco de la 16ª edición del festival Tango por los Caminos del Vino

El tango, esa danza que condensa la identidad cultural argentina y que supo conquistar al mundo desde los arrabales porteños hasta los escenarios más prestigiosos de Europa y Asia, siempre cargó con un aura de tradición. El hombre que conduce, la mujer que sigue.

La silueta varonil marcando el compás, la figura femenina respondiendo con gracia y sutileza es un esquema repetido hasta el cansancio durante décadas en el ambiente tanguero. Pero de un tiempo a esta parte empieza a resquebrajarse en Mendoza.

En su 16ª edición, el festival Tango por los Caminos del Vino -organizado por el Gobierno provincial y que se desarrolla durante esta semana- dio un paso histórico: por primera vez incluyó en su programación oficial a una pareja de tango conformada por dos mujeres.

Vanina Mendez y Ailín Rutchle, bailarinas y pareja de tango de mujeres

Este martes 23, a las 21, en los jardines del Museo Fader de Luján de Cuyo, las bailarinas mendocinas Vanina Mendez y Ailín Rutchle compartirán escenario en un espectáculo que promete marcar un antes y un después.

El debut no será en soledad. Estarán acompañadas por un ensamble de lujo integrado por el cuarteto de cuerdas femenino Entramadas y el dúo Mendez-Vela, con Marcelo Mendez en guitarra clásica y Evelyn Vela en voz. La propuesta, con entrada gratuita a través de la plataforma Entrada Web, busca tender puentes entre tradición y renovación, arte y diversidad.

El tango entre mujeres llegó a Mendoza

La novedad no es menor. Aunque en Buenos Aires -cuna del 2x4- hace tiempo que milongas, competencias y festivales habilitan el baile sin distinción de géneros, en Mendoza nunca antes se había dado un paso tan visible desde un espacio institucional.

“Lo que importa es el arte, la emoción, la entrega. El género deja de ser el centro cuando lo que está en juego es la danza”, coinciden las bailarinas que dan la nota a Diario UNO en el corazón de la capital mendocina, y no pueden contener sus ganas de mostrar el tango entre ellas.

Vanina Mendez y Ailín Rutchle, bailarinas y pareja de tango de mujeres

En un alto en el semáforo de San Martín y Peatonal, en la Pérgola o en el Pasaje San Martín, ellas improvisan escenarios para bailar y recibir miradas de asombro y admiración de parte de quienes transitan las calles de la ciudad. "¿Me puedo tomar una foto con ustedes?", pregunta respetuoso un turista de Costa Rica que frenó su paseo al ver de repente un mini show de tango improvisado entre dos mujeres.

Vanina y Ailín llegan a este proyecto artístico con trayectorias diferentes pero con la misma convicción de que el tango es un lenguaje vivo, capaz de reinventarse en cada abrazo. Y que el suyo, el de dos mujeres mendocinas bailando frente a cientos de espectadores, puede abrir camino para muchos otros.

El tango como estilo de vida

Vanina Mendez tiene 47 años y empezó a bailar a los 11. Desde los 17 lo hace de manera profesional, con una formación sólida en tango escenario y una carrera que la llevó a ganar en 2005 la subsede Cuyo del Campeonato Mundial de Tango.

“Para mí el tango fue, es y será un estilo de vida, donde encuentro magia al bailarlo y su música despierta en mí todo tipo de emociones”, dice con voz serena, como quien habla de un viejo amor que nunca se extingue.

Su trayectoria la convirtió en referente local del tango. Vanina dicta clases de danza, participa en eventos privados y trabaja como coordinadora de elencos y producción cultural en la Municipalidad de la Ciudad de Mendoza.

Vanina Mendez, bailarina de tango
Vanina Mendez tiene 47 años, es bailarina profesional y referente del tango en Mendoza.

Vanina Mendez tiene 47 años, es bailarina profesional y referente del tango en Mendoza.

“Estoy muy vinculada a la danza y constantemente aprendo, no solo como bailarina sino en las producciones y la logística que requiere cualquier propuesta artística. Eso me hace feliz”, asegura.

La pasión la llevó lejos. Vivió en Estados Unidos y en India, experiencias que recuerda con gratitud. “La danza me abrió puertas en distintos lugares del mundo. Hoy disfruto estar en Mendoza, siempre con la certeza de que el tango es un lenguaje universal”.

Una vida entre aviones y milongas

La historia de Ailín Rutchle parece salida de un guion cinematográfico. A los 34 años, lleva más de una década de idilio con el tango, aunque su primer amor fue la aviación. Durante 11 años fue mecánica de aviones en la Fuerza Aérea, carrera que la llevó a Córdoba y luego a radicarse en Mendoza. Aquí, casi por casualidad, descubrió el 2x4 en 2011.

“Hoy el tango representa el hobby más grande que puedo llegar a tener en mi día a día, es el color con el que me despierto, un sentimiento muy profundo”, confiesa. Aunque no se considera profesional, su recorrido es impresionante: en 2013 ganó la competencia regional Cuyo del Mundial de Tango en la categoría Tango Salón; en 2019, en el Campeonato Metropolitano de Buenos Aires obtuvo el máximo galardón en Tango Adulto, lo que le dio acceso directo a la final mundial.

Ailín Rutchle, bailarina de tango
Ailín Rutchle tiene 34 años, es mecánica de aviones y programadora web. El tango es un hobby que la llevó a a ganar campeonatos y a animarse a bailarlo con otra mujer.

Ailín Rutchle tiene 34 años, es mecánica de aviones y programadora web. El tango es un hobby que la llevó a a ganar campeonatos y a animarse a bailarlo con otra mujer.

Actualmente se dedica a la programación web, pero siempre encuentra tiempo para el baile, y el tango es su motor de vida. “A pesar del cansancio de la rutina laboral, siempre busco la oportunidad de ir a una milonga o estar involucrada con el tango. Es un cable a tierra que me conecta con lo esencial”, comparte Ailín.

Las bailarinas se conocen de compartir diferentes milongas de Mendoza, como La Disidente o La Terracita. Y en ese contexto, hace un año comenzaron a soñar con este proyecto de formar una pareja de tango entre mujeres.

El primer abrazo en un festival de relevancia

Aunque se conocían de los circuitos milongueros, nunca habían compartido escenario. La idea de formar pareja empezó a rondar en 2024, y este festival les dio la excusa perfecta para concretarla.

“Nos conocimos en distintos espacios, siempre con respeto y admiración por el talento de la otra. Pero esta será la primera vez que subamos juntas al escenario”, cuenta Vanina Mendez.

El desafío es encontrar un lenguaje común entre dos estilos diferentes: Ailín viene del tango salón, más improvisado; Vanina, del tango escenario, con mayor carga técnica y coreográfica.

Vanina Mendez y Ailín Rutchle, bailarinas y pareja de tango de mujeres
Las chicas coinciden en que no hay diferencias en el modo de bailar tango, sea entre dos mujeres, dos varones o un hombre y una mujer.

Las chicas coinciden en que no hay diferencias en el modo de bailar tango, sea entre dos mujeres, dos varones o un hombre y una mujer.

“Generamos una intimidad a partir de la improvisación y del mismo sentimiento tanguero, más allá de cualquier técnica o estilo”, explica Mendez.

Rutchle coincide: “No hay diferencia entre bailar con un varón o con otra mujer". Y sobre los roles en este baile típico de nuestro país aporta: "El tango es una danza que da libertad. En nuestro caso alternamos, no es que una hace de varón y la otra de mujer; simplemente somos una pareja de tango que baila como cualquier otra, más allá de nuestro género”.

Rompiendo esquemas en festivales, milongas y competencias

El tango entre personas del mismo sexo no es nuevo. En 2018 había sorprendido una pareja de bailarinas en el Mundial en Buenos Aires, donde sobre todo a partir de entonces se diversifican las milongas de "tango queer".

Pero, si nos vamos más atrás en el tiempo, ya a fines del siglo XIX los hombres lo practicaban en los conventillos porteños entre ellos. Y en la actualidad Buenos Aires es epicentro de competencias y festivales dedicados al tango que celebran la diversidad.

Sin embargo, en Mendoza con esta actuación de Mendez-Rutchle en el marco de Tango por los Caminos del Vino será la primera vez que un evento oficial lo ponga en el centro de la escena.

Vanina Mendez y Ailín Rutchle, bailarinas y pareja de tango de mujeres
En el show del martes Ailín y Vanina mostrarán que el tango es libertad y se puede bailar entre mujeres.

En el show del martes Ailín y Vanina mostrarán que el tango es libertad y se puede bailar entre mujeres.

“Ofrecemos un producto que es a la vez histórico y actual. Nos atraviesa de emoción poder brindarlo al público de este festival que recibe tanto a mendocinos como a turistas de todo el mundo”, dice Vanina.

Ambas coinciden en que el público mendocino está preparado para recibir la propuesta. “El apoyo está. Hoy el tango tiene libertad de movimiento y en Mendoza ya existen referentes que vienen trabajando en esa línea. Nuestra presentación es parte de algo que ya está instalado”, afirma Ailín.

Una nueva etapa para el 2x4 mendocino

El espectáculo del martes por la noche en el Museo Fader (San Martín 3651, Mayor Drummond, Luján de Cuyo) será más que una función de tango: será un gesto simbólico de apertura para renovar los aires de esta danza tradicional, conquistar nuevas audiencias y así sostener su legado que es identidad cultural de la Argentina.

El festival Tango por los Caminos del Vino, que combina la tradición tanguera con los paisajes vitivinícolas de Mendoza, suma en su edición número 16 un capítulo hasta ayer inesperado en su historia.

Vanina Mendez y Ailín Rutchle, bailarinas y pareja de tango de mujeres
Ailín Rutchle y Vanina Mendez debutarán como pareja este martes en el festival Tango por los Caminos del Vino.

Ailín Rutchle y Vanina Mendez debutarán como pareja este martes en el festival Tango por los Caminos del Vino.

“Queremos mostrarnos en este festival de alcance internacional, divertirnos y descubrir un nuevo abrazo”, dice Vanina. “Es desafiante pero también muy enriquecedor, no solo para nosotras sino para todos los que creemos que el tango debe seguir creciendo”, considera la bailarina.

El 2x4, con su carga de melancolía y pasión, se convierte en escenario de una conversación más amplia: la de los géneros, la diversidad y las formas de vincularse en el arte. En este sentido, Mendoza, tierra de vino y de tradiciones, abre paso a una necesaria renovación.

Un abrazo sin etiquetas para el tango que no está muerto

Más allá de premios, trayectorias y logros, lo que une a estas dos mujeres es la certeza de que el tango es, ante todo, un encuentro. Un abrazo en el que confluyen historias, emociones, pasiones. Y un mensaje: la danza no distingue géneros, distingue talentos.

“Nosotras no queremos ser la excepción, queremos ser parte de la historia del tango mendocino, con la misma legitimidad que cualquier otra pareja”, resume Vanina Mendez.

El martes, cuando la música suene y ellas entrelacen sus brazos y piernas en el centro de la pista, no será un espectáculo más. Será la prueba viva de que el tango, lejos de anquilosarse en el pasado, sigue siendo un lenguaje capaz de reinventarse, de expresar nuevos manifiestos. Y que en Mendoza también se puede bailar con libertad.

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