Analizan dónde ubicarla

El director de Patrimonio confirmó los pasos que faltan para restituir a la momia del Aconcagua

Desde la Dirección de Patrimonio preparan una declaración formal en apoyo al traslado, en tanto que una mesa de diálogo analiza quiénes serán los referentes encargados de tomar decisiones respecto al destino del niño que fue sacrificado por los incas hace cinco siglos

En enero de 1985, un grupo de andinistas encontró por casualidad restos de un sacrificio inca en alta montaña. Desde entonces, el cadáver del un niño de 7 años, que fue trasladado a la ciudad y conocido como "la momia del Aconcagua", fue centro de discusiones. Y ahora parece que hay consensos para que vuelva a su lugar.

En efecto, este miércoles se reunió en comisiones el Consejo de Patrimonio provincial -un organismo asesor no vinculante pero de fuerte gravitación- y resolvió que en su próximo plenario se expresará formalmente en favor del traslado, un proyecto que la ministra de Cultura y Turismo Nora Vicario considera "un hito histórico".

Paralelamente, una mesa de diálogo que involucra a diversas instituciones avanza en la selección de científicos y miembros de los pueblos originarios que tendrán que decidir sobre la forma y el lugar donde se ubicará la momia.

La decisión política está. Ahora resta transitar un complejo camino institucional.

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El culto a las momias incas, según las ilustraciones de Felipe Guamán Poma de Ayala.

El culto a las momias incas, según las ilustraciones de Felipe Guamán Poma de Ayala.

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Entre leyendas y perspectivas diferentes

Son muchos los mendocinos que han escuchado la frase: "Desde que sacaron a esa momia de allá arriba hubo más sequías y temblores". Sucede que la extracción de la momia del cerro Pirámide -un contrafuerte del Aconcagua- se concretó en la misma semana en que se produjo el recordado terremoto del 26 de enero de 1985.

Y más allá de ese folklore popular, lo concreto es que alrededor de la momia incaica se entrecruzan distintas perspectivas. Por un lado está el interés de los académicos por seguir investigándola. Por otro, el reclamo de los pueblos originarios desde hace años reclaman que se la devuelva a su sitio y no se exponga el cadáver.

Es en esa trama que el Consejo de Patrimonio avalará el traslado y la consolidación de una mesa de diálogo donde participan referentes universitarios, integrantes del Conicet, la Dirección de Recursos Naturales y representantes de diversas etnias, entre otros miembros.

Según entienden desde el Gobierno, quienes forman parte de los pueblos que habitaban la zona antes de la llegada de los europeos tendrán que dar su parecer, ya que el culto a los ancestros tiene en América una antigüedad documentada de al menos 11.000 años y aparece en diversas sociedades al norte y el sur del continente.

La dinámica de todos esos intereses marcará el porvenir de los restos de ese chico que -se cree- fue trasladado desde el Cuzco, en el actual Perú, a través de una larguísima caminata ritual que todavía no termina.

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Otra de las figuras con oro que se encontraron en el lugar del sacrificio de la momia del Aconcagua.

Otra de las figuras con oro que se encontraron en el lugar del sacrificio de la momia del Aconcagua.

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¿Dónde llevarán a la momia?

El director de Patrimonio de Mendoza, el doctor en Antropología Horacio Chiavazza, explicó a este diario que el proyecto que se analiza implica devolver a la momia a la zona del Parque Provincial Aconcagua.

Pero no se la colocará en el Cerro Pirámide -donde permaneció durante siglos hasta ser desenterrada hace 37 años- sino que se construirá un espacio cerca de la zona de los guardaparques.

"Eso nos permitirá garantizar que el lugar cuente con la energía eléctrica que se necesita para lograr las condiciones necesarias", explicó el especialista.

A la vez, habrá que ver dónde prefieren ubicarla los miembros de los pueblos originarios. La decisión final será una síntesis entre cuestiones técnico/científicas y los sistemas de creencias ancestrales.

Consensuado el sitio, se construirá una cripta con crioconservación -es decir en frío-, sin que el cuerpo del niño quede expuesto al público. Ese hecho marcará una diferencia respecto a otros espacios donde hay momias incaicas en la Argentina, como el que exhibe en Salta a los niños de Llullaillaco, que son mostrados en vitrinas.

En Mendoza la idea es otra. El niño no estará a la vista y, en la medida de lo posible, volverá a las condiciones en las que fue sepultado, en el marco de una estructura arquitectónica circular que responde a la cosmovisión andina y a los sacrificios rituales conocidos como Capacocha.

Sí se expondrá, en cambio, parte del ajuar. Y es posible que eso atraiga a algunos turistas, aunque quienes están involucrados con el proyecto del traslado insisten en que el objetivo no es turístico sino patrimonial y cultural.

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Junto a la momia del niño de 7 años se halló esta figura estilizada de una llama.

Junto a la momia del niño de 7 años se halló esta figura estilizada de una llama.

Apoyos y resistencias

Desde que se conoció la iniciativa -motorizada por el Ministerio de Cultura y Turismo de Mendoza- hubo diversas reacciones.

Una de las que sorprendió fue la de Beatriz Bragoni, miembro de la Academia Nacional de la Historia, quien advirtió que en las mesas de diálogo "no se puede obviar la presencia las personas que vienen custodiando y llevando adelante la preservación de estos restos desde hace más de 30 años”.

Se refería al equipo del Instituto de Ciencias Humanas, Sociales y Ambientales (Inchiusa), una dependencia del CONICET que quedó a cargo del cuidado de la momia.

Desde el Gobierno le bajaron la temperatura a la discusión y respondieron que si bien se han realizado reuniones con otros miembros del CONICET y la comunidad académica, en los próximos días se espera continuar conversaciones con la doctora Bragoni y los miembros del Inchiusa.

"Por ahora, la 'resistencia' que puede haber habido surgió porque ese sector no se dio por participado. Pero aún reclamando eso, todas las partes han expresado una actitud positiva respecto a la restitución", comunicaron desde Cultura y Turismo.

Y agregaron: "Nosotros invitamos a CONICET oficialmente y de ahí ellos internamente tienen que invitar a sus institutos. Informalmente todos estaban avisados. Igual estamos en búsqueda de consensos y vamos a integrar a todos los sectores que sean necesarios para buscar lo que se denomina 'gobernanza patrimonial', o sea, la gestión democrática de este tipo de situaciones".

Quién era el "niño del Aconcagua"

Los investigadores que encararon el estudio de la momia del Aconcagua tuvieron la fortuna de que los andinistas que la encontraron fueran lo suficientemente cautos como para no tocar los restos, lo que les permitió extraerlos de forma metódica y cuidadosa.

Así, se supo que se trata del cadáver de un chico de 7 años, cuyo peso era en 1986 de 11.2 kilos, aproximadamente un tercio del peso que tenía el día de su entierro hace cinco siglos.

Los estudios genéticos revelaron que el niño pertenece a un linaje ya desaparecido que ingresó por el norte de América y se fue expandiendo hacia tierras australes. El ADN mitocondrial -que se hereda por línea materna- mostró que la momia pertenece a una línea que ingresó por el estrecho de Bering hace unos 18.300 años.

Los especialistas que analizaron los restos -entre ellos Juan Schobinger y Roberto Bárcena- sugieren que se trató de un sacrificio humano en honor a los dioses incas: los pueblos precolombinos hacían estos rituales como una forma de fortalecer su vínculo con el entorno, bajo la premisa de que esas ofrendas garantizaban la continuidad del universo.