Hay pocas criaturas más impresionantes en la Tierra que el Dragón de Komodo. Este lagarto monitor gigante es un verdadero dinosaurio, con características como una longitud de más de 2.5 metros, un peso de 70 kg, mordedura venenosa y dientes serrados. Ahora un descubrimiento lo vuelve aún más temible.
El descubrimiento que vuelve al dragón que vive en la Tierra aún más poderoso
El dragón de Komodo es una especie de lagarto enorme que vive en Indonesia. Ahora, un descubrimiento lo vuelve más peligroso de lo que se pensaba
Un nuevo estudio indica que los dientes de esta bestia están además repletos de hierro, lo que hace que estén siempre afilados. Este hallazgo también da pistas sobre cómo mataban y comían los dinosaurios.
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Un descubrimiento salvaje
Los científicos encontraron que los dragones de Komodo acumulan hierro en los filos y puntas de sus dientes, lo que les otorga un característico tono anaranjado. Este fenómeno contrasta con otros reptiles como cocodrilos y lagartos monitores, cuya concentración de hierro dental resulta casi imperceptible.
Un equipo de investigación analizó minuciosamente la estructura y composición química de los dientes de estos reptiles.Los científicos examinaron cráneos y piezas dentales en diversos museos, además de estudiar a Ganas, un ejemplar de 15 años del zoológico ZSL de Londres.
Mediante técnicas avanzadas de imagen y análisis químico, detectaron que el hierro se concentra en una fina capa del esmalte, específicamente en las zonas aserradas y puntiagudas. Esta capa actúa como un escudo protector que mantiene los bordes afilados y listos para su uso.
La revista Nature Ecology & Evolution publicó estos hallazgos el 24 de julio, lo que suscitó nuevos interrogantes sobre los hábitos alimenticios de especies extintas, incluyendo los dinosaurios.
Como un tiranosaurio
Los dragones de Komodo se destacan como depredadores formidables. Poseen dientes afilados y curvos, además de una cola robusta. Su capacidad de caza sobresale por una mordida venenosa que les permite abatir presas diversas, desde aves hasta grandes mamíferos.
El Dr. Aaron LeBlanc, autor principal del estudio y profesor en King's College London, señaló la similitud entre los dientes de los dragones de Komodo y los dinosaurios carnívoros. Ambos presentan una forma curva y aserrada ideal para desgarrar a sus presas.
Esta semejanza abre la posibilidad de profundizar en el conocimiento sobre la alimentación de los dinosaurios carnívoros y el posible uso del hierro en sus dientes.
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Lamentablemente, las técnicas actuales no permiten determinar si los dientes fosilizados de dinosaurios contenían altos niveles de hierro. Se cree que los cambios químicos durante la fosilización enmascaran la cantidad original de este elemento.
No obstante, se descubrió que los grandes dinosaurios carnívoros, como los tiranosaurios, modificaban la estructura del esmalte en los bordes cortantes de sus dientes.






