Las historias de José

El caso de la envenenadora que se valió de internet para matar dos veces

Karen Oviedo cumple condena a perpetua por matar a su pareja en 2022 dándole un compuesto químico que compró de modo virtual. La pesquisa reveló que en 2019 había dado muerte, de igual modo, al hijo de él

Las pantallas y los desarrollos tecnológicos, como la internet, las redes sociales y las aplicaciones, son parte de la vida diaria. Para bien o para mal. Para buscar una receta de cocina, leer las noticias, saber si mañana hará más o menos frio que hoy y hasta para pagar la boleta de la luz desde el celular sin pisar un banco nunca más. La contracara de esta utilización tiene nombre propio: Karen Oviedo porque años atrás, en su casa de Guaymallén, aprovechó las bondades y la universalidad temática de un buscador de internet para matar.

Oviedo tiene 34 años y vive en la cárcel. En 2022, un jurado popular la declaró culpable y fue condenada a la pena de prisión perpetua por los asesinatos de su pareja y del pequeño hijo de él. Se llamaban Rolando y Elián Aquino y tenían 37 y 9 años respectivamente.

El hombre murió en febrero de ese año en una clínica privada, adonde arribó fatalmente descompensado. De manera repentina, tras súbitos cólicos estomacales y vómitos.

Los análisis toxicológicos realizados como parte de la autopsia que ordenó la Justicia, revelaron la existencia de un compuesto químico llamado Etilenglicol; líquido refrigerante levemente dulzón e implacablemente mortal porque afecta directamente el sistema nervioso, los pulmones y el corazón de quien lo haya ingerido.

Lo repentino de la muerte de Aquino, una persona completamente sana, fue llamativo. Tanto que remontó a otro fallecimiento rápido e inesperado: el de su hijo Elián, ocurrido en 2019.

La pesquisa a cargo de la fiscal Claudia Ríos, de Homicidios, comenzó a trazar una línea en base a ese punto de contacto entre ambas muertes, tomando como referencia las historias clínicas de un centro asistencial privado y el Notti, pero también de acuerdo a algunos testimonios.

Por ejemplo, el de una mujer que conocía a Oviedo y que expuso, en sede judicial, que la vio -cuando la descompensación de su pareja- más preocupada porque los perros de la casa no se comieran el vómito que por la propia evolución de la salud del hombre.

Otro dato: cuando Karen Oviedo insistió, también de acuerdo a una testimonial, que el cuerpo del pequeño Elián fuera cremado y no enterrado. Es decir, para que no quedara disponible para algún futuro peritaje.

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El hijo de la pareja de Karen Oviedo había muerto en 2019.

El hijo de la pareja de Karen Oviedo había muerto en 2019.

La investigación sobre la utilización que la sospechosa daba a la internet fue determinante.

Los especialistas detectaron que a través de un buscador de internet había planificado ambas muertes, había comprado el compuesto químico Etilenglicol a través de una plataforma dos veces, en 2019 y 2022, y más aún: había tratado de borrar el historial de búsquedas, como para no dejar rastros.

Sin embargo, primó esa certeza que nos acompaña cada día a los usuarios de internet: dejamos huella a cada paso y todo queda registrado y listo para ser descubierto por manos expertas, ya sea pedir comida por delivery, saber quién hizo los 3 goles de River en la histórica final de Madrid 2018 contra Boca o aprender a armar una instalación eléctrica con un buen tutorial de recomendaciones.

El recorrido informático de Karen Oviedo para comprar el veneno y tratar de borrar las pistas fue clave para descubrirla.

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Así, gracias a que se investigó el crimen de la pareja se descubrió el asesinato del pequeño.

En 2023, la Suprema Corte de Justicia confirmó la condena a prisión perpetua al rechazarle un planteo doble: concederle la absolución o, en el mejor de los casos, sentenciarla por homicidio culposo bajo el argumento de que las muertes de la pareja y del hijo del hombre ocurrieron de modo accidental.

"Son indicios y no pruebas", dijo la defensa de Oviedo en Casación. "Nadie vio a Rolando Aquino consumir el veneno", completó.

Sin embargo, la Corte fue expeditiva y no dejó lugar a dudas: culpable y perpetua.

Caso cerrado.

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