Después de muchas especulaciones, de un montón de versiones y de diversos relatos de vecinos que, a medida que fueron pasando de boca en boca acumularon ingredientes cada vez más fantásticos, se supo qué causa el sonido que algunos creyeron un grito femenino y que tuvo en vilo y fue tema obligado de charla en San Martín en estos últimos días. Todo se remite a una bodega de la zona, donde están probando un filtro.
Se escuchaba como un grito breve y agudo, de no más de tres segundos, que se repetía por intervalos de unos 8 o 10 minutos. Quizás por el silencio nocturno, el fenómeno era mejor percibido después de la medianoche.
Los que lo escuchaban, eran los vecinos que viven cerca de la avenida Eva Perón, ex carril Costa Canal Montecaseros, en San Martín y que habitan los barrios San Pedro, Mebna y Burgoa. También lo sentían aquellos que realizaban caminatas por las veredas de la avenida.
Marcelo Massetti, quien vive en esa zona, donde hay bodegas históricas, alguna abandonada y también amplias áreas descampadas, grabó un video desde la ventana trasera de su casa y dejó registro de lo que ocurría.
También hubo una especie de expedición al lugar, en donde uno de los aventureros grabó otro video y guardó registro del fenómeno.
Lo cierto es que un llamado a este medio realizado por responsables de una de las bodegas de esa zona terminó con el incipiente mito.
“Hace poco cambiamos un filtro de vacío, que produce ese sonido. Ahora lo hemos detenido y lo estamos revisando para tratar de quitárselo”, dijeron.
Los vecinos sostenían que el “grito” provenía del descampado, pero resultó ser que el origen era más cercano.
Pero hay quienes quieren seguir sosteniendo el enigma. Alguna de sus teorías dirá que no fue el filtro, sino el aullido del duende del vino, apenado porque ha llegado el momento de realizar la última molienda de esta vendimia.