Sin embargo y lamentablemente, este perfume no dura muchos días, pero en la siguiente nota te enseñaremos cómo mantener esta flor blanca por mucho más tiempo, y que además nos siga invadiendo con su delicioso aroma.
El primer paso es cortar la parte inferior del tallo del jazmín en diagonal, ya que esto facilita la absorción de agua. Este corte debe hacerse con una herramienta afilada para evitar dañar los conductos del tallo y para que el corte sea preciso.
El siguiente paso es colocar los jazmines en un recipiente con agua tibia o a temperatura ambiente. Ese frasco o recipiente tendrá que ser ubicado en un lugar fresco y alejado de la luz solar directa, ya que el calor excesivo puede acelerar el proceso de oxidación.
Por otro lado, los jazmines nunca deben colocarse cerca de frutas maduras ya que emiten etileno, un gas que acelera el envejecimiento de las flores.
El recambio del agua tiene que hacerse cada 2 o 3 días. De esta manera se evita el crecimiento de bacterias que aceleran la descomposición.
Otro truco que nunca falla consiste en agregar una cucharadita de sal o azúcar al agua, lo cual ayuda a mantener frescas las flores por más tiempo, cada dos o tres días o cuando se observa que el agua empieza a verse turbia. Cuando el azúcar se disuelve en el agua, las flores absorben una solución que imita los nutrientes que obtendrían si estuvieran en la planta.
El azúcar ayuda a que las células de los pétalos del jazmín se mantengan hidratadas y turgentes. La sal, en cambio, contribuye a controlar el crecimiento microbiano en el agua, lo cual es esencial para evitar que los tallos se obstruyan y las flores se marchiten prematuramente.