Quizás piensas que para tener tu propia chacra en el hogar necesitas un jardín enorme, pero no hace falta. Si tienes un patio chico, o una terraza puedes plantar tomates en maceta sin problemas. Solo tienes que tener en cuenta algunos cuidados especiales.
Puedes comenzar el cultivo de tomates desde semillas o plantas ya germinadas, aunque si es tu primera vez es mejor no complicarse y conseguir un plantel. Las puedes comprar en viveros o mercados de jardinería. Si optas por semillas, en cuatro o cinco días notarás cómo empiezan a germinar en ambientes donde hay un clima templado. Caso contrario, puedes mantener la maceta en el interior del hogar.
La primera cuestión para tener en cuenta es poner atención al tamaño de la maceta. No caigas en el error de sembrar varias plantas en una misma maceta, porque al principio son de tamaño pequeño, pero cuando empiezan a crecer necesitarán más espacio.
Una única tomatera requiere al menos una maceta de 20 litros para crecer plena. Si vas a ir a comprar una planta lo ideal es preguntar qué variedad de tomate es, puede ser de mata pequeña o grande. Eso condiciona totalmente la maceta que eliges.
En lo que respecta a la tierra, puedes utilizar sustrato universal o uno específico para huerto. En caso de no tener, puedes emplear tierra común y agregar un puñado generoso de abono o humus de lombriz para aportar más nutrientes.
A las plantas de tomates les gusta el sol, así que lo ideal es ubicar la maceta en un sitio donde reciba rayos directos. Crecerán mejor, formando matas compactas, y serán más fuertes ante los problemas derivados por la falta de luz. En caso de no recibir sol directo, estas plantas formarán pocas flores y tendrán menos tomates.
Por último, es importante hacer un riego diario a la tomatera. Si bien no es una planta amiga de los encharcamientos, si no recibe la cantidad suficiente de agua sus hojas se marchitan. Siguiendo todas las indicaciones, esta especie puede desarrollarse vigorosa en maceta.