El limón es una de las frutas más consumidas en las distintas mesas, y lo cierto es que son muchas las personas que deciden tirar sus cáscaras, cometiendo un grave error. Son estas mismas las que pueden darte un impensado beneficio.
El limón es una de las frutas más consumidas en las distintas mesas, y lo cierto es que son muchas las personas que deciden tirar sus cáscaras, cometiendo un grave error. Son estas mismas las que pueden darte un impensado beneficio.
En concreto, este truco casero puede servir para darle un sabor único a la carne del asado. Esto se da gracias a las propiedades aromáticas de este elemento.
El objetivo principal es potenciar el aroma y el sabor de la carne. Cuando las cáscaras de limón se queman, liberan aceites naturales y compuestos aromáticos que generan un humo suave, con un perfume ahumado particular y muy agradable.
El humo se impregna en la carne del asado y le da un toque distintivo, diferentes al que se obtiene del carbón o la leña. Si bien es cierto que es común rociar limón sobre la carne de manera directa, lo es también el hecho de que este método es quizás menos invasivo.
En cortes como el asado de tira, la tapa de asado o la bondiola, el resultado puede ser sorprendente, y esto es algo que no se trata solo del aroma. Con este truco, puedes lograr un ahumado profundo y sorprender a tus comensales.
Ya lo sabes, colocar cáscaras de limón en las brasas del asado es un truco económico, natural, y fácil de aplicar para llevar a otro nivel la preparación de esta tradición argentina.