Este domingo de elecciones, Cecilia Flores volverá a cruzar las puertas de la escuela Patricios Nº 1-566, en Las Heras, el mismo lugar donde cursó toda la primaria y donde le toca votar. "Sueño con que algún día las boletas estén en braille", cuenta en diálogo con Diario UNO.
Cecilia Flores tiene 34 años y es ciega: "Sueño con que algún día las boletas estén en braille"
Cecilia vota este domingo en una escuela de Las Heras. Aunque aún no existe un sistema completamente accesible, valora el derecho de participar
“Está a media cuadra de mi casa -cuenta-, así que me queda cerquita. Esta vez iré con mi papá, como casi siempre. Algunas veces me ha acompañado otro familiar, pero la mayoría de las veces es con él”.
Cecilia tiene 34 años, es ciega desde bebé y, aunque dice que “la política no es algo que le apasione”, no se saltea una sola elección.
“No me gusta la política, pero sí voy a votar, obvio. Para mí es muy importante ejercer ese derecho. Es una manera de contribuir, de sentir que soy parte de este país, de nuestra provincia. Es algo que no quiero dejar de hacer nunca”, asegura.
Sin embargo, su experiencia como votante no siempre fue sencilla. “Algunas veces tuve dificultades -relata-. Por ejemplo, que no me dejaran entrar con mi acompañante de confianza o que no me dejaran subir escaleras porque consideraban que no podía hacerlo, sin haberme preguntado antes. Esas cosas me bajoneaban un poco, pero igual siempre fui. Aunque no siempre fue tranquilo, siempre voy a votar”.
El desafío del nuevo sistema de gabinete para votar
Cecilia no tiene claro cómo será su experiencia con el nuevo sistema de votación por gabinete, que se implementará este domingo en Mendoza. “He estado buscando información y no encuentro nada. Así que iremos y veremos en el momento cómo lo resolvemos”, dice con la espontaneidad de siempre.
En Buenos Aires, explica, existe la posibilidad de acceder a una boleta en braille. “Eso les permite a las personas ciegas manejarse con autonomía. Pero acá, en Mendoza, nunca escuché que hubiera algo así. Sería un gran avance poder hacerlo, porque uno podría votar solo, sin depender de nadie”.
Cecilia insiste en la importancia de la independencia, especialmente en algo tan personal como el voto. “Me gustaría poder entrar sola al cuarto oscuro, tomar la boleta que quiero y ejercer mi derecho sin ayuda. Eso sería lo ideal. Sueño con que algún día las boletas estén en braille y podamos hacerlo de manera totalmente autónoma”.
“No me gusta que me digan no vidente”
Cecilia nació el 19 de julio de 1991 y es la menor de cinco hermanos: Alejandra, David, Andrés y Ariel. Desde que tiene uso de razón se define sin vueltas: “Soy ciega”. “No me gusta que me digan ‘no vidente’ porque el ‘no’ ya suena limitante. A ninguna persona con discapacidad le dicen ‘no caminante’ o ‘no oyente’. Yo soy ciega, y está bien decirlo así”, afirma.
Su vida no fue fácil. De niña sufrió bullying en la escuela común. “Los chicos me escondían las cosas o me decían que caminara cuando sabían que podía tropezarme con una silla”, recuerda. Sin embargo, la fortaleza de sus padres, Rosa y Juan, fue clave. “Ellos me dieron todo. Aprendieron braille y pasaban horas escribiéndome tareas y libros. Mi mamá falleció hace 5 años, y mi papá es un genio, el que me ayuda y acompaña en todo”.
Una influencer ciega y con humor
Cecilia nunca vio, pero ha aprendido a mirar la vida con humor y creatividad. En su cuenta de Instagram, @cecifloresreynoso, tiene casi 17 mil seguidores y comparte su día a día con naturalidad y alegría. “Empecé grabando videos para mis pocos seguidores, contando cómo era mi vida cotidiana, cómo elijo la ropa, cómo sueño, o cómo me siento cuando me tratan distinto por el bastón. La respuesta fue increíble. Y la gente me pedía más y más”, cuenta.
Su tono es espontáneo, directo y muchas veces divertido. “Si estoy caminando con mi papá, le preguntan mi nombre a él, no a mí. O me hablan como si fuera una nena. Es cómico, porque eso solo pasa cuando llevo el bastón. Si no lo tengo, ni se dan cuenta de que soy ciega”, relata entre risas.
Esa actitud positiva la llevó a transformarse en una voz referente dentro de la comunidad de personas con discapacidad visual. “Trato de mostrar que se puede tener una vida plena. Nunca tuve la posibilidad de ver, entonces no sé de qué se trata, pero uno nunca se acostumbra del todo. Lo que sí aprendí es a tomarme la vida con humor”.
“El voto es un derecho, no un favor”
De cara a las elecciones de este domingo, Cecilia tiene un mensaje claro para todas las personas con discapacidad visual: “Que vayamos a votar, que no dejemos de hacerlo. Es nuestro derecho. Si podemos ir acompañados por alguien de confianza, mejor. Y si no, que pidamos la ayuda que necesitemos, pero que vayamos igual. El voto es un derecho, no un favor”.
Su deseo es que en un futuro cercano Mendoza logre implementar un sistema que garantice el voto accesible para todos. “Sería hermoso poder hacerlo sola, como cualquiera. Ojalá eso llegue pronto. Porque más allá de a quién votemos, lo importante es poder hacerlo con libertad, con respeto y con igualdad”.
Este domingo, cuando entre al aula de la escuela Patricios con su bastón y el brazo de su padre, Cecilia volverá a ejercer ese derecho que tanto valora. Y aunque no haya boletas en braille, su voz y su voto -como siempre- se harán sentir.







