Fue justamente ese mismo carácter el que lo llevó a interesarse también por la biotecnología, la medicina regenerativa y la longevidad. Posteriormente, fundó Blueprint, su programa personal de longevidad, con el que alcanzaría notoriedad mundial por polémicos tratamientos.
Lo que ha hecho básicamente este obsesivo multimillonario es convertir su cuerpo en un laboratorio viviente, documentando cada uno de sus pasos y reuniendo un equipo médico dedicado exclusivamente a revertir el envejecimiento de sus órganos.
Este sistema de bienestar, al que muchos le llaman rutina, pero está lejos de serlo, incluye el consumo de más de 100 pastillas diarias, transfusiones de sangre (incluso de su propio hijo), dietas estrictamente calculadas y un seguimiento biomédico exhaustivo.
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Bryan Jhonson, el multimillonario que invierte su fortuna buscando vivir 150 años
Johnson vive bajo reglas precisas que regulan desde su hora de dormir hasta los minutos de exposición solar, y todo está registrado y evaluado en tiempo real por su equipo médico. Sin embargo, este estilo de vida ha generado polémica y debate en la comunidad científica.
Polémica sobre los diversos tratamientos
Siguiendo el hilo de lo anteriormente mencionado, son muchos los expertos que advierten que el uso experimental de terapias como las transfusiones o los fármacos antienvejecimiento podrían tener consecuencias aún desconocidas.
El modelo de vida de este multimillonario genera críticas por su carácter extremo, pero también por las condiciones en las que opera su proyecto.
Es que revelaciones recientes lo definen como una figura "controladora, obsesionada con la perfección y con escasa tolerancia a la crítica" esto, dicho por personas que trabajaron con él alguna vez y rompieron con un famoso pacto de confidencialidad. ¿Conocías esta historia?