Desayunar temprano, el hábito que reduce la mortalidad en adultos mayores
La muestra consistió en 2.945 personas entre 42 y 94 años, con una edad media de 64, de las ciudades de Newcastle y Manchester, en el Reino Unido. Desde 1983 hasta 2017 registraron los horarios de sus cuatro comidas al día.
Lógicamente, muchos adultos mayores fallecieron durante ese período. Además, los participantes completaron encuestas de salud, hábitos de vida y calidad de sueño para evitar que el estudio de la trayectoria de alimentos se viera afectado por otras variables.
"Enfermedades físicas y psicológicas, como la fatiga, los problemas de salud bucodental, la depresión, la ansiedad y la multimorbilidad, se asocian principalmente con un desayuno más tardío. Un horario de desayuno más tardío también se asocia con una mayor mortalidad“ reza la conclusión principal del estudio.
La tasa de supervivencia a 10 años del "grupo tardío" de adultos mayores fue del 86,7%, en comparación al 89,5% de la ingesta temprana. La variabilidad en el almuerzo, en cambio, fue mucho menor entre ambos grupos.
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El desayuno tardío aumenta el riesgo de mortalidad en los adultos mayores.
Al contar también con información de salud por encuestas lograron identificar que quienes desayunaban más tarde tenían más problemas físicos o psicológicos. La importancia de la primera ingesta de alimentos del día se presenta como la más importante, y esto no es un mito.
El estudio también concuerda con investigaciones previas que afirmaban que saltarse el desayuno implicaba una mayor mortalidad en adultos mayores.
El desayuno ideal para los adultos mayores
Además de ser temprano, el hábito del desayuno debe ser efectivo en los adultos mayores. Por eso, tienen que saber que hay uno que es ideal.
Se trata de aquel que combina cereales integrales, proteínas y grasas saludables, junto con frutas y verduras para obtener fibra y vitaminas, asegurando energía y nutrientes esenciales para la salud.
Opciones como la avena con frutas y frutos secos, los huevos con espinacas, o el yogur con bayas y granola son ejemplos de desayunos equilibrados y nutritivos.