En los adultos mayores, uno de los problemas más comunes es la aparición de várices en las piernas. Si bien la edad es un factor clave, también es cierto que hay una serie de malas costumbres que las provocan, y muchos son los que los desconocen.

Son muchos, pero hay un hábito que destaca por sobre todo y, probablemente, muchos lo estén alentando mientras leen esta nota: estamos hablando del sedentarismo.

Varices (1).jpg
El sedentarismo es un hábito que promueve la aparición de várices

El sedentarismo es un hábito que promueve la aparición de várices

El hábito que muchos adultos mayores ignoran y provoca las várices

Las varices son más comunes en adultos mayores debido al desgaste natural de las válvulas venosas, lo que provoca síntomas como pesadez, dolor, hinchazón y calambres en las piernas.

Condiciones como el sobrepeso, el embarazo, e incluso los antecedentes familiares pueden provocar que una persona las vaya desarrollando poco a poco. Además de estos, también esto puede deberse a una serie de malos hábitos.

La vida sedentaria definitivamente es una de las costumbres que promueve la aparición de várices en adultos mayores. Sucede que estar mucho tiempo de pie o sentado dificulta la circulación de la sangre.

Por nombrar otro ejemplo, la deshidratación también puede provocar la presencia de estas arañitas. Todo esto se da por la falta de líquidos, que es la que puede afectar el flujo sanguíneo.

adultos mayores, varices
Además de la falta de ejercicio, la deshidratación también puede provocar la aparición de arañitas

Además de la falta de ejercicio, la deshidratación también puede provocar la aparición de arañitas

Ya lo sabes, si eres un adulto mayor y quieres evitar la aparición de várices, todo lo que tienes que hacer es realizar ejercicio y no fomentar el sedentarismo.

Síntomas de várices en los adultos mayores

Las varices presentes en adultos mayores pueden manifestarse con los síntomas que se muestran a continuación:

  • Sensación de pesadez, dolor y cansancio en las piernas.
  • Calambres, especialmente por la noche.
  • Hinchazón en los tobillos y piernas.
  • Picazón o ardor cerca de las venas.
  • Decoloración de la piel o la aparición de úlceras en los tobillos.
  • Venas hinchadas, visibles y tortuosas.

Temas relacionados: