El ejercicio de alta intensidad estimula el sistema nervioso, aumenta la frecuencia cardíaca y libera adrenalina, lo que mantiene al cuerpo alerta y dificulta la relajación necesaria para conciliar el sueño.
Por otro lado, el ejercicio realizado cerca de la hora de acostarse puede disminuir el tiempo que se pasa en la fase de sueño REM (movimientos oculares rápidos), que es crucial para la recuperación mental y física.
La actividad física incrementa la temperatura corporal central, y esta elevación puede interferir con el proceso natural de disminución de la temperatura que precede al sueño. Como si fuera poco, el entrenamiento en las últimas horas del día puede reducir los niveles de melatonina.
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El ejercicio nocturno puede generar insomnio en los adultos mayores
Los adultos mayores que quieran realizar ejercicio por la noche deben optar por actividades más suaves, como el yoga o los estiramientos, que pueden tener un efecto relajante.
Los adultos mayores y el ejercicio antes de ir a la cama
Si perteneces al grupo de los adultos mayores, comprendido a partir de los 60 años, y quieres hacer ejercicio intenso, hazlo al menos dos o tres horas antes de irte a la cama para dar tiempo a que tu cuerpo se recupere y se enfríe.
Presta atención a cómo reacciona tu cuerpo al ejercicio nocturno. Si tienes problemas para dormir, es posible que debas ajustar tu rutina de ejercicio.