Esto es lo que se intentará realizar en Mendoza con la presentación del nuevo Código de Aguas: unificar, ordenar y relacionar toda la legislación que existe sobre el tema y modernizar los aspectos que han quedado desactualizados en cuanto a los usos y a la actividad productiva actual. Así lo explicó Sergio Marinelli, titular del Departamento General de Irrigación en el programa Conexión Agro, que se transmite por Radio Nihuil.
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La cuenca del río Diamante es una de las que menos se utilizan para riego de superficies cultivadas y esto podría abrir una ventana para que el recurso hídrico se destine a otras actividades productivas, como la minería.
Foto: Nicolás Ríos /Diario UNO
Marinelli adelantó que es uno de los temas que va a tocar el gobernador Alfredo Cornejo en su discurso del 1° de mayo, en la apertura de sesiones ordinarias de la Legislatura provincial.
Como aspecto significativo, el nuevo Código de Aguas tendrá en cuenta el aforo de los ríos, es decir, qué caudal se necesita para cada una de las actividades que se realiza en torno de cada cuenca, y si hay agua disponible, se la pueda utilizar para actividades productivas como la minería.
Por qué Mendoza necesita un Código de Aguas
Marinelli explicó que en la provincia la legislación referente al agua es muy diversa y está escasamente coordinada. Entonces, lo que se busca con un Código de Aguas es justamente, sistematizar toda esta maraña legal.
El gobernador está interesado en que tengamos una modernización de la legislación del agua El gobernador está interesado en que tengamos una modernización de la legislación del agua
Marinelli explicó que la creación de un Código de Aguas guarda relación con la intención del gobernador de actualizar todos los códigos en temas claves. Ya lo hizo con los códigos procesales, hace algunos días con el Código Minero y ahora va por el uso del recurso hídrico en la Provincia.
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“Una cosa es ordenar la gran dispersión legal, que es muy importante y que implica, por ejemplo agregar el capítulo que nos dejó la administración nacional en 1994, que no está tenido en cuenta en forma expresa en nuestras leyes, pero está vigente, el Código Civil y Comercial de la Nación con respecto a las aguas públicas, hay infinidad de temas que no están incorporados a nuestra legislación pero están presentes, porque en el orden jerárquico de la legislación argentina, están por encima de la ley de aguas, que data de 1884 y que ya ha sido modificada infinitas veces", sostuvo el superintendente General de Irrigación.
Cómo se ha trabajado el Código de Aguas
Marinelli detalló que la organización de la legislación, tanto provincial como nacional en lo que respecta al uso del recurso hídrico se viene trabajando hace un año y medio. Según describió, fue una tarea participativa.
"El contenido de este trabajo, se volcó en un borrador, elaborado con la participación de grandes juristas expertos, pero también con los actores del agua, como lo son los productores. Se les consultó acerca de lo que les afecta y de lo que quieren cambiar", aseveró el superintendente General de Irrigación.
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Actualmente tienen lista una primera versión y se la entregaron al experto Miguel Mathus, a quien se eligió para que revise capítulos específicos que tienen que ver con su especialidad.
Según el funcionario, el material se va a subir a una plataforma abierta, que se elaboró en conjunto con la UNCuyo, para que cualquier ciudadano pueda acceder y leer la totalidad del texto y realizar aportes. Estará disponible a partir de mediados de mayo.
Una ventana para la actividad minera en el sur
Consultado sobre si habrá cambios que permitan la utilización del caudal de algunos ríos para la actividad minera, Marinelli dijo que sí, y explicó por qué.
Manifestó que la en la Ley de Aguas se habla del aforo de los ríos, que se tomó siempre como la medición de los caudales, pero en realidad el aforo mide la cantidad de agua que necesitan cada uno de los usos que se le dan al caudal.
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Sergio Marinelli, titular del Departamento General de Irrigación.
"Hoy lo hemos medido, y en base a esto vamos a determinar si se puede dar más o menos permiso para utilizar el agua para minería en cada cuenca", explicó.
Marinelli confirmó que va a haber transparencia en la información acerca de cuál es la demanda y la oferta del recurso hídrico para cada actividad.
A futuro se podrá establecer un nivel mínimo de dotación de agua que está basado en estas proyecciones. Para estar seguros, se tomarán como referencia las mediciones del peor año en cuanto al caudal del río A futuro se podrá establecer un nivel mínimo de dotación de agua que está basado en estas proyecciones. Para estar seguros, se tomarán como referencia las mediciones del peor año en cuanto al caudal del río
Puntualizó que, por ejemplo, en ríos Tunuyán y Mendoza, es prácticamente imposible darle agua, ya no a la minería sino a cualquier emprendimiento que esté por encima de los consumos actuales.
En los otros ríos, como el Diamante, que si bien tiene un futuro más crítico que el resto de los ríos, los usos que se les da a la cuenca no incluyen riego de zonas cultivadas.
“Quizás podría haber una ventanita a futuro si hubiera una actividad lícita, adicional al agro, en torno de la minería”. También manifestó que todo queda circunscripto a lo que hoy se conoce como "distrito minero de Malargüe".
Señaló: "Ahí actualmente no usamos una gota del río Grande, ni del río Colorado, ni del resto del sistema hídrico, el problema no es de cantidad, por lo tanto puede haber toda la actividad que quieran de cualquier tipo, por supuesto esto incluye a la actividad minera. El problema es de calidad, entonces lo que estamos haciendo es preparándonos para que no se vea afectada en el futuro la calidad del agua, sobre todo si hay actividad minera, para que haya transparencia en los controles de calidad, por lo tanto, que la gente se quede tranquila con esto".
La problemática ambiental va a estar incluida
El Código de Aguas incluirá la problemática ambiental, esto fue confirmado por Marinelli. "Todos sabemos que los perjuicios al ambiente, el ambiente nos lo devuelve. Está contemplado, no desde el punto de vista meramente legal, sino con acciones concretas".
En este sentido, Marinelli señaló que lo que se busca es que las prestadores de agua, no solo Aysam, sino las que otorgan el servicio en Luján, Maipú y Tupungato, entre otras, realicen obras para eficientizar el consumo.
Además, hace falta crear conciencia en la población porque en la actualidad se utiliza para el uso doméstico el equivalente al contenido del dique Potrerillos, cuando en realidad, y según cálculos del mismo Departamento General de Irrigación, en este consumo debería utilizarse, en proporción, un tercio del agua del dique.
"Siempre se vuelcan al agro las cargas del derroche del agua y el agro tiene su ineficiencia pero no es el único responsable", aseveró.