Tercera autoridad de la provincia

Natacha Eisenchlas, de militar en la Franja Morada a convertirse en la presidenta Provisional del Senado

La senadora será, a partir del 1° de mayo, quien reemplace en ese cargo al histórico Juan Carlos Jaliff. Eisenchlas habló de cómo la militancia política atravesó su vida desde niña y sigue siendo su pasión hasta ahora

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Sin embargo, ella lo vive como algo natural, quizás porque la militancia vino casi escrita en su ADN, es parte del radicalismo desde los 13 años, cuando el gobierno democrático de Raúl Alfonsín trajo nuevos aires a las instituciones devastadas por la dictadura.

Natacha recuerda que su padre, el periodista, escritor y crítico de cine, David Eisenchlas, un hombre de ideología marxista, pudo haber sido desaparecido. "Dos veces lo vinieron a buscar. Una vez la triple A y otra vez, en el 76', los militares. Pero mi padre ya había muerto, en la sala de un hospital, de la mano de mi mamá. Eso, a pesar del dolor de haberlo tenido solo 5 años, me da el alivio de no tener que contarlo entre las víctimas de la dictadura".

Si bien la nueva presidenta Provisional del Senado era una niña muy pequeña cuando su padre murió, su familia -también su madre- era muy politizada y ella se crió en ese ambiente. Por eso, la política es parte de su propia historia y a los cargos, los toma como instancias dentro de esta carrera. "Estoy orgullosa de reemplazar a un hombre como Juan Carlos Jaliff -el presidente Provisional del Senado saliente- pero yo vengo del trabajo territorial y entiendo la política desde ese punto de vista", los cargos para ella son una circunstancia que valora mucho, pero sabe que son pasajeros. Sin embargo, vive esta oportunidad casi como un premio para tanto esfuerzo. "La vida me ha permitido estar en un cargo institucional legislativo, donde está reflejada la democracia".

Natacha abrió las puertas de su despacho a Diario UNO y con gran amplitud contó su historia en el radicalismo, desde la primera vez que se presentó a elecciones y las perdió, en 5° año de la Escuela Normal, hasta el nombramiento como presidenta Provisional del Senado

Natacha Eisenchlas y las diferencias de género en política

Consultada sobre las dificultades de hacer política siendo mujer, Eisenchlas aseguró entender que las diferencias entre varones y mujeres existen, las nota, pero ella no las padeció.

"Pero por qué pienso yo que no sentí esas diferencias. En primer lugar, porque no soy muy ambiciosa, no me han importado estar en determinados cargos. Pero lo más grave es que tal vez me ha pasado y lo he naturalizado, no me he dado cuenta".

La legisladora manifestó que estos son temas que ella habla mucho con su hija Maga (20). "Mi hija es una militante feminista. Me ha hecho notar que yo estaba acostumbrada a muchas cosas que no eran buenas y no me daba cuenta. Una vez íbamos las dos caminando por el Parque Central y pasó un chico y le dijo que era muy linda. Ella le contestó que no se metiera en su vida, y yo le cuestioné que había reaccionado mal. Pero ella me hizo ver que las mujeres no vamos por la calle diciéndole a los varones nada, no invadimos su espacio. Ahí me di cuenta de todo lo que hemos naturalizado las mujeres de mi edad, yo tengo 52. Nosotras creíamos que eso era lindo, que estaba bien".

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En cuanto a sus aspiraciones en el cargo, destacó que le gustaría que cuando se termine su mandato se la felicite por el cargo y no por el hecho de haberlo ejercido cuatro años siendo mujer.

Acerca de las leyes de cupo femenino en los distintos poderes, ella cree que aún son necesarias. "Ojalá ya no lo fueran, pero todavía lo son. y hay que ampliarlas", destacó y agregó que la participación de las mujeres en el trabajo legislativo es intensa, pero mucho menos visible que la de los varones. "Hay mujeres con iniciativas, con ganas, con buenas propuestas. A mi no me gustan las generalizaciones, pero a esta altura creo que hay que destacar que las mujeres somos más meticulosas y estudiosas en nuestro trabajo, quizás porque tengamos que demostrar más. Un alto porcentaje de la producción legislativa le pertenece a las diputadas y senadoras, pero no tienen la notoriedad suficiente".

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Si de cuestiones de género se trata, hablar de trabajo y maternidad es un punto que no se puede dejar pasar. En este sentido, la senadora dice no haberse conflictuado demasiado para combinar ambas actividades. "Yo a mi hija la tuve a los 32 años, la tuve porque elegí tenerla, ya llevaba bastante en pareja y tener que dejar cosas de mi trabajo para quedarme con ella no fue para nada un peso, nunca lo viví así". Ahora, cuenta que le gusta compartir con su hija que ya es adulta, y es una de las actividades que prefiere en los tiempos libres.

La vida entera militando en Franja Morada

Militar como opción personal desde los 13 años, merecería una nota aparte. Pero ella lo cuenta con total naturalidad, casi creció con esto, como si hubiera sido una atmósfera fuera de la cual no hubiera podido desarrollarse. "Milito desde que volvió la democracia con el gobierno de Raúl Alfonsín, a quien admiro y siempre me identifiqué con el radicalismo. Cuando volvió la democracia, muchos pensábamos que el verdadero progresismo pasaba por Alfonsín".

sus primeros pasos dentro de la acción política fueron en los centros de estudiantes secundarios. "Primero milité en la Franja dentro de la escuela, en los cuatro años que fui al Colegio Universitario Central (CUC) y luego en el Normal, donde terminé la secundaria. De hecho, en el Normal me presenté a elecciones y perdí" cuenta entre risas.

Las épocas de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales fueron de una participación mucho más intensa en la Franja Morada. De allí conoce personalmente y en modo amistad a muchos de los políticos que hoy están en funciones, como Alfredo Cornejo. "No nos alcanzaba la plata para las tortitas, juntábamos un poco cada uno para ir a comprar al Pancho Buffet" recuerda Natacha.

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La militancia universitaria la formó y la preparó para la vida política, pero también fue un ambiente que respiró en su casa desde chica, con sus padres, ambos formados con ideas de izquierda. "De mi papá tengo cinco o seis recuerdos fijos, me acuerdo de su voz, de la calidez del amor que se tenían con mi mamá, que también era muy de izquierda, en ese ambiente vivimos yo y mi hermana (Paula, diez meses menor que ella) y fue lo que nos marcó".

Pero como les sucede a muchos de los que hoy son dirigentes importantes, la época de la Franja Morada se vuelve un recuerdo intocable. "Era estar con el estudiante, ahí, sentarnos a hablar con ellos, un trabajo territorial total", explicó. "Si vos no estudiabas y no tenías un rendimiento académico más o meno prolijo, no te votaban".

Luego se recibió de licenciada en Ciencias Políticas y Administración Pública, y lo que hizo fue comenzar a trabajar en Capital, primero en cargos que ocupaba fuera de las listas -fue secretaria de prensa de Víctor Fayad en plena crisis del 2001- después como concejal y ya con Rodolfo Suarez como intendente, fue su secretaria de Gobierno. "Me sonaba el teléfono todo el tiempo. yo tenía a mi cargo todas las áreas sociales más la Dirección de Comercio. A la mañana trabajaba en el municipio, pero a la tarde salía a recorrer los barrios, iba por todos lados". En ese mismo relato, destacó que tenía muy buen diálogo con los vecinos y vecinas, que los escuchaba y trataba de resolver sus conflictos.

El cambio de la gestión municipal al trabajo legislativo

La adaptación de tener que estar todo el tiempo "en la trinchera" porque el municipio es el que recibe el primer impacto de los problemas sociales, a sentarse en una banca a debatir y a armar leyes no fue una tarea sencilla para la senadora radical, porque además, le tocó comenzar casi con la pandemia.

"Me costó, pero creo que no hubiera sido una legisladora empática sino hubiera tenido toda esa experiencia de hablar con la gente. Suarez se juntaba con los vecinos y a los funcionarios nos tenía muy presente que debíamos hacerlo también. Mi teléfono celular lo tenían los vecinos, me llamaban para decirme que no andaba la fuente de la Plaza Independencia hasta que se les había volado un techo en el barrio Olivares. Eso me ayudó, porque muchas veces la política va por un lado y los problemas de la gente, por otro".

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Destacó que esta diferencia, de alguien que pasó por un municipio a una persona que no, se nota mucho en el trabajo legislativo. "En el municipio te llama una persona y te dice, mirá, acá se nos está cayendo un techo, y vos le tenés que dar una solución, no podés decirle, no es nuestra responsabilidad. Siempre estar con la persona que te tiene que legitimar en tu cargo político, es lo más rico y lo más desafiante".

De todas maneras, el estudio de las leyes y la necesidad del debate fueron para ella otra práctica diferente, pero muy enriquecedora. Y como ya está en su espíritu, se sumó a 6 comisiones y de estas, preside la comisión de Género y Diversidad.

"Lo que más me costó fue adaptarme al ritmo de vida y a que el teléfono no me sonara todo el día, ese ritmo me costó pero después le encontré un gusto especial. Está bueno estudiar, profundizar, saber por qué tenemos que tener este proyecto y por qué no".

Su relación con los intendentes

Está de más decir que Eisenchlas es 100% capitalina y en su historia política en el municipio, dos intendentes fueron muy importantes en su camino: Victor Fayad y Rodolfo Suarez.

Con Fayad tuvo una relación muy particular, casi pendular. "Tuvimos muchas diferencias fui su jefa de prensa durante años y tenía una personalidad muy fuerte". Sin embargo, contó que cuando el Viti ya cursaba una etapa muy avanzada de su enfermedad, la llamó para decirle cuánto respetaba su trabajo. "Para mi eso fue muy importante", destacó.

En cambio, con Suarez su relación fue muy diferente. "Empezamos a trabajar juntos en el Concejo Deliberante y yo descubrí a una persona muy transparente, que no tenía demasiadas vueltas ni se dedicaba a chicanas políticas, más bien quería trabajar y eso era lo que nos expresaba a los concejales" Luego, al ser su ministra de Gobierno, su relación se hizo más cercana. "Es un hombre muy respetuoso, que priorizó siempre el trabajo con los vecinos y nos escuchaba mucho a los funcionarios. Además, nunca hizo diferencias entre varones y mujeres en cuestiones políticas".

El Senado "polarizado" y la actitud de la oposición

En cuanto al trabajo en una Cámara de Senadores completamente polarizada entre el Frente Cambia Mendoza y el Frente de Todos, según consideró, no va a ser muy diferente al que vienen llevando hasta ahora. "Nosotros tenemos quórum propio y para los proyectos que necesitan los dos tercios no nos alcanza con nuestros votos y tenemos que consensuar, al igual que lo hicimos con el Frente de Izquierda y los monobloques que se armaron luego de que se dividió Protectora", explicó.

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Si bien asegura que tiene un buen diálogo con el peronismo, el mayor de los inconvenientes es que la oposición está pasando por un problema interno que trasciende el propio partido, ya que es difícil encontrar un interlocutor que represente a todas las posiciones. "Hasta ahora hemos venido trabajando con Ilardo, pero no sabemos qué va a pasar. El problema es cuando el peronismo se opone por oponerse, como sucedió con la Boleta Única, en la que no había motivos para estar en desacuerdo, ellos igual la votaron en contra. Lo que es no es bueno para el funcionamiento legislativo es que ellos no se pongan de acuerdo en lo que pasa adentro de su partido, por lo demás, vamos a seguir trabajando casi de la misma forma"