24 de marzo

Marcelino Iglesias: "Los desaparecidos fueron alrededor de 8.000; lo de 30.000 fue un invento"

El intendente de Guaymallén, que fue criticado por su visión sobre el Golpe Militar de 1976, sumó declaraciones este viernes. Apuntó contra los montoneros y afirmó que "no hubo buenos y malos"

Por UNO

El día anterior ya había levantado levantado polémica cuando fue orador en un acto escolar por el Día de la Memoria en escuela Américo D'Ángelo. Allí frente a los alumnos dijo que el último golpe militar "no surgió de la nada", sino que "surgió porque la misma democracia imperfecta había generado condiciones de mucho descontento, no sólo en lo económico sino principalmente en lo social".

Después de esas declaraciones, buena parte del peronismo y la izquierda lo criticó en las redes sociales.

Discurso Marcelino Iglesias.jpg

Este viernes, al ser consultado por Radio Nihuil por su visión durante un acto, Marcelino afirmó que lo que quiso remarcar fue que "se está escribiendo una historia con beneficios para algunos y que pareciera que el golpe de Estado hubiese sido espontáneo, sin antecedentes".

"Lo que les pedí a los chicos fue que hablen con sus abuelos y padres para que les cuenten cómo fueron las cosas. No hubo buenos y malos. La democracia no dio las soluciones", dijo sobre el origen del golpe.

"La teoría de los dos demonios que me quieren atribuir tampoco puede ser un cepo para que todos acatemos lo que hoy dice La Cámpora para justificar un pésimo gobierno. La oposición representada por Ricardo Balbín hizo todos los actos útiles para evitar el golpe. Pero quiero decirlo: los montoneros fueron golpistas. Ellos lo querían porque creían que la sociedad iba a salir masivamente a respaldar a las organizaciones armadas. El grado de delirio era tal que ya conocemos las consecuencias", opinó.

Sobre los años previos al inicio de la última dictadura, Iglesias manifestó que "cuando asume Cámpora en 1973 se fue realizando un enfrentamiento en la sociedad. Y hubo una inocultable responsabilidad de grupos armados, grupos parapoliciales o paramilitares como la Triple A y otros grupos como de montoneros y el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo)".

"Durante esos años, la sociedad vivió escuchando silbidos de balas y estallidos de bombas", dijo y agregó sobre los montoneros: "No eran idealistas, tenían una gran soberbia, eran muy despectivos hacia los demás, no eran democráticos, se traicionaron entre ellos y generaron un encandilamiento en la sociedad".

Sobre la cantidad de desaparecidos, apuntó a "desmitificar" que hayan sido 30.000. Y dio sus argumentos: "En plena campaña de 1983, Alfonsín se comprometió a juzgar a los responsables y se hizo un juicio como corresponde. Lúder, en cambio, convalidó la autoamnistía y después, cuando Alfonsín convocó a todos los partidos políticos para formar la Conadep, el peronismo se negó".

"De ahí salieron las cifras verdaderas de los desaparecidos que fueron alrededor de 8.000. Lo de 30.000 todos sabemos que fue un invento. Luis Labraña (exmilitante de Montoneros) lo repite todos los años", expresó en diálogo con la prensa.

Qué es la Teoría de los dos demonios

El debate acerca de la Teoría de los dos demonios es de vieja data y tuvo uno de sus hitos en las páginas iniciales de la primera edición del "Nunca más", el libro que contiene al informe final de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep).

El texto se publicó en 1984. Y el prólogo, atribuido al escritor Ernesto Sábato, asevera que "durante la década del '70 la Argentina fue convulsionada por un terror que provenía tanto de la extrema derecha como de la extrema izquierda, fenómeno que ha ocurrido en muchos otros países".

Con el paso de los años, parte del campo académico y político criticó esa visión, acusándola de equiparar el rol de las organizaciones armadas con la del terrorismo de Estado. Una simetría caprichosa, toda vez que los recursos con las que cuenta uno u otro tipo de entidad son bien distintos.

Además, para la Teoría de los dos demonios la sociedad civil es una especie de "mayoría del medio" que quedó presa de la puja entre dos facciones igualmente criminales.

Marcelino continuó con una referencia personal: "El 24 de marzo, a las 10.45, me vinieron a buscar. Nunca había promovido el uso de armas, la violencia o justificado o alentado la misma; siempre había promovido el debate democrático de las ideas; sin embargo, era sospechoso a los ojos de aquellos que se creyeron dueños de las vidas y de las personas".

Y redondeó: "Debo reconocer, con dolor, que el golpe militar tuvo mucho apoyo civil, porque la gente estaba agobiada por la crisis económica y por la violencia reinante entre los grupos paramilitares o parapoliciales del gobierno, y, por otro lado, las organizaciones armadas dejaban inerme a la sociedad".