Los políticos sancarlinos que se han hecho un nombre siempre han trajinado la diferenciación. Alfredo Cornejo, Rodolfo Suarez y Jorge Difonso son los casos más a mano. Los dos primeros, de la UCR, llegaron a ser gobernadores y tienen resonancia nacional, sobre todo Cornejo que sigue soñando con ser Presidente.
Jorge Difonso.jpg
Jorge Difonso es un impulsor de la vuelta del tren a Mendoza.
El tercero, Difonso, que es de quien vamos a hablar, es el titular de un partido chico, Unión Popular, que gobierna San Carlos, donde el intendente Rolando Scanio es uno de sus referentes.
Difonso acaba de desacoplar a Unión Popular del frente gubernamental Cambia Mendoza, que gerencian los radicales. Ha anunciado su interés por armar una candidatura a gobernador, quizás en compañía de quien es hoy el opositor estrella al Gobierno provincial, Omar De Marchi, un socio del Ejecutivo que todavía no termina de irse o quedarse de la coalición gobernante, algo que Difonso ya concretó sin tanto prolegómeno mediático.
La salida de Difonso de Cambia Mendoza ha provocado un remezón no sólo en el gabinete de la comuna sancarlina, donde ya ha habido renuncias, sino también en las relaciones personales de los involucrados, ya que este bombazo de pueblo chico ha horadado ese delicado equilibrio entre tramoyas partidarias, parientes y amigos.
Ser tercero, un sueño
Unión Popular ya traía en su composición ese espíritu de no querer pertenecer a ninguno de los dos partidos tradicionales de Mendoza. Quizás a Difonso lo mueva el deseo o la ambición de convertirlo en un nuevo Partido Demócrata, no tanto con la idea de retomar específicamente esas banderas, sino de ser tercera fuerza en la provincia.
En ese sueño tercerista ya han fracasado desde el ex fiscal de Estado Aldo Giordano hasta el ex defensor de los derechos de los consumidores devenido activo kirchnerista, José Luis Ramón, pasando por verdes e izquierdistas.
Jorge Difonso es una mezcla de "ganso", con algo de peronista y toques radicales, que le gusta sazonarse con pizquitas de liberalismo y otras tantas de populismo. Sueña con erigir en Mendoza un partido local que vuelva a darle singularidad a la Provincia, al estilo, diríamos, de los neuquinos.
Podrá gustar más o menos, pero no es el típico farabute de los tantos que hemos conocido. A nivel nacional se referencia en Sergio Massa, pero no de ahora sino desde la época en que el tigrense tenía discrepancias públicas con Cristina Kirchner.
Cuando fue intendente de su departamento (fue elegido en tres oportunidades consecutivas, en una de ellas con el 52% de los votos) no pasó desapercibido. Antes de ese triplete de gestión, Difonso había cuestionado las reelecciones indefinidas de jefes comunales, sobre todo las del intendente "eterno" que tuvo San Carlos desde el retorno a la democracia, el radical Miguel Natalio Firpo que estuvo 16 años seguidos en la comuna sancarlina. Difonso, cuando llegó a intendente y le agarró el gustito, llegó a estar 12 años seguidos.
Tampoco fue del montón en sus incursiones como legislador provincial (actualmente es diputado). Este abogado, que además se presenta en Twitter como DT de fútbol, es de los que le gusta librar batallas de fuerte resonancia (la defensa del agua, la vuelta del tren a Mendoza) en las que larga propuestas que puedan caer bien al gusto mendocino, sobre todo al del interior provincial.
En su momento propuso en la Legislatura una ley para que los concejales no fuesen elegidos más por departamentos sino por regiones (los del Gran Mendoza, los del Secano, los del Este, los del Valle de Uco y los del Sur) con lo cual la cantidad de ediles bajaría de 190 en la Provincia a una treintena, con un ahorro notable para la Provincia porque se caería todo el aparato burocrático de los concejos deliberantes. No tuvo éxito.
Sergio Massa Jorge Difonso (1).jpg
Sergio Massa y Jorge Difonso, quien desde un comienzo se mostró cercano al ahora ministro de Economía de la Nación.
"Sí, lo seré"
Viene diciendo desde hace años que está convencido de que en algún momento va a ser gobernador de Mendoza, pero que no se ve en ninguna de las estructuras tradicionales. Ahora, ante esta ruptura con Cambia Mendoza, Difonso imagina la posibilidad de ir armando un nuevo frente político que incluya también a peronistas hartos del kirchnerismo y, claro, al ínclito De Marchi quien tiene las mismas ideas que Difonso, pero con plus: las cantó primero.
Difonso ha acusado a su coterráneo Rodolfo Suarez de haber "despreciado" cada propuesta que Unión Popular hizo a Cambia Mendoza. Lo atribuye a que en su momento San Carlos se opuso a la reapertura de la minería y a la derogación de ley antiminera 7.722, además de haber estado a la cabeza de las marchas que obligaron al gobernador a dar marcha atrás y a reponer la restrictiva norma. Además Difonso aseguró que el mandatario provincial "ha discriminado al intendente Scanio cada vez que pudo, tanto en obras como en temas de gestión".
Con lo cual queda nuevamente comprobado que no hay peor astilla que la del mismo palo. En este caso el mismo palo es la sancarlinidad. Son de ese departamento tanto los que dieron el portazo como los que lo recibieron en las narices. Y en ese despiole han quedado enredados vecinos, amigos, parientes.
Lo dicho: San Carlos tiene su carácter. De sus políticos no hay por qué decir que son gente jodida, pero sí personas tozudas, perseverantes, raras y bravas.