La vuelta de la UCR a la reconsideración pública y su lento pero sostenido crecimiento se dio, precisamente, por haberse decidido en 2015 a formar parte de la coalición Cambiemos (hoy JxC) con el PRO y la Coalición Cívica.
En el período presidencial de Mauricio Macri, los radicales supieron entender el rol que la historia les asignaba en ese momento. Y cuando tuvieron que discrepar con sus socios del PRO lo hicieron de manera institucional. He ahí el clic que los reposicionó con firmeza en la política.
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De la cabeza
Cornejo cree que en el último año no ha habido capacidad en la UCR nacional de empoderar a un candidato presidencial propio para ir a las PASO con el PRO. Y sin mencionarlo, apunta crítica y elipticamente al jujeño Morales, presidente partidario, de quien sostien que ha puesto un excesivo empeño en marcar diferencias con el PRO, particularmente con Mauricio Macri, en lugar de consolidar a la coalición opositora de la que forman parte.
El senador nacional Cornejo, que volvería a presentarse para pelear la Gobernación de Mendoza, afirma además que se ha debilitado a uno de los radicales que expuso abiertamente su deseo de ser presidenciable, como Facundo Manes. Tal vez lo que Cornejo no reconoce publicamente es que Manes no ha hecho mucho para potenciarse.
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Alfredo Cornejo y Facundo Manes alguna vez tuvieron en sus planes ser candidatos a la Presidencia.
A todas luces, al neurólogo le ha faltado polenta, presencia, conexión, poder de seducción, novedad. No es lo mismo diseccionar el cerebro de un humano que usar el propio para hacer política, máxime en un partido con tantos piojos internos como históricamente ha tenido el radicalismo y que ahora uno creía más apaciguados al estar dentro de una coalición (JxC) con chances de volver a la Casa Rosada.
El radicalismo nacional tiene aún que consumir mucho suplemento dietario para hacerse el taura. Y debe ponerle mucho oído a las demandas ciudadanas. El votante radical tiene más conciencia que algunos de sus dirigentes acerca de que debilitar JxC sería un error garrafal.
Jodidas encuestas
Objetivamente, todas las encuestas dan a los postulantes presidenciales del PRO (Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y un poco menos a Macri) por encima de cualquier radical. Los Alfonsín salen muy de vez en cuando. Ni Morales, ni Manes ni el propio Cornejo han logrado que el partido se abroquele detrás de alguno de ellos.
Del más nuevito (Manes), Cornejo afirma que la UCR nacional no le ha demostrado affecto societatis, es decir la voluntad común de asociarlo, con lo cual parecen estar diciéndole que no ha pagado aún el derecho de piso.
Prueba palpable es que los radicales ya no hablan de sus posibles presidenciables sino que están enfrascados en definir si hay que ir con Rodríguez Larreta o con Patricia Bullrich. A lo sumo apuestan, y sin demasiada fuerza por ahora, a una fórmula presidencial donde el vicepresidente sea un radical.
Cornejo, que fue presidente de la UCR nacional antes que el jujeño Morales y que se lo recuerda como uno de los más activos en llevar a Facundo Manes a la política práctica, estima que a veces, por hablar tanto de candidatos, nos olvidamos de ayudar a resolver la incertidumbre cotidiana de la gente, pero no obstante asegura que tampoco es bueno que un partido centenario como la UCR no tenga la capacidad para gestar un precandidato presidencial.
Y ahí es donde zampa que el Comité Nacional de la UCR no tiene vocación para empoderar a un presidenciable. "El Petiso", para quien se acerca la hora de decir de una buena vez si vuelve a pelear la Gobernación o no, opina que no es momento de buscar la identidad partidaria sino de consolidar la coalición que ha logrado ponerle un freno a los arrebatos kirchneristas. Que no es poco.
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