Análisis y opinión

La lenta y silenciosa feudalización del peronismo mendocino

La reelección indefinida de los intendentes, ahora acotada, generó la instauración de gobiernos de familia en comunas importantes de la Provincia

Una de las razones por las que el peronismo de Mendoza se encuentra en crisis habría que buscarla en la reelección indefinida que los intendentes tuvieron durante muchos años en la Provincia. Ello llevó a una lenta y silenciosa feudalización en varias de esas comunas y a la instauración de gobiernos de familia basados en el famoso "tomala vos, damela a mi" entre parientes, o a gestiones personalistas.

Con el tiempo, eso (el peronismo de los intendentes) entró en contradicción con una provincia donde, virtuosamente, la Constitución no permite la reelección del gobernador.

Sobresalieron en ese escenario la fraternidad peronista de los hermanos Bermejo (Adolfo y Alejandro) en Maipú, y la de los hermanos Félix (Omar y Emir) en San Rafael. Y, en su momento, la de los fratelli radicales Pinto (Sergio y Gustavo) que gobernaron 23 años en La Paz.

Pero también hubo personalismos más solitarios como el de Roberto Righi en Lavalle que va por el quinto mandato y que ya no podrá volver a ser reelegido. O el de los intendentes de Junín Dante Pellegrini (peronista) y Mario Abed (radical) que tuvieron 4 períodos sucesivos cada uno de ellos, entre otros.

A la hora de sumar argumentos para explicar el declive del peronismo local, resalta también el ítem "descrédito". En efecto, es el único partido que tiene a intendentes procesados y encarcelados por hechos de corrupción, lo que se patentiza en los casos de Sergio Salgado en Santa Rosa; y el más rimbombante de Luis Lobos en Guaymallén.

► TE PUEDE INTERESAR: "La Anabel", esa chica que le hizo caer la mandíbula al gobernador Celso Jaque

Sín líderes

Todo eso se tradujo en una extendida ausencia de liderazgos y de renovación en el PJ que, para colmo, fue coronada por gobernaciones chambonas (Celso Jaque) u olvidables (Paco Pérez) cuyos conductores se subieron al tren del kirchnerismo dejando a Mendoza en segundo plano.

Ello fue aprovechado por el kirchnerismo y por La Cámpora que, ante el desbande del peronismo "clásico", comenzó a colonizar el PJ provincial para utilizarlo de pivote político y hacer pie en la provincia. El experimento fracasó.

El PJ kirchnerista que condujo Anabel Fernández Sagasti perdió todas las elecciones. Y la opinión de los mendocinos sobre ese grupo sigue siendo muy mala.

Nunca lograron conectar con el gen mendocino. Esta es una de las provincias donde Cristina y su hijo Máximo tienen peor imagen. A Sagasti se la tiene como la mano derecha de Cristina, y en un plano muchísimo menor como la senadora nacional por Mendoza.

Sin embargo, pese a todas esas cosas en contra, el kirchnerismo sigue al frente del PJ mendocino por arrugue o impotencia del peronismo republicano.

Congreso del PJ (9)Flor Destéfanis Anabel Fernández Sagasti.jpeg
Flor Destéfanis reemplazó a Anabel Fernández Sagasti como presidenta del peronismo mendocino.

Flor Destéfanis reemplazó a Anabel Fernández Sagasti como presidenta del peronismo mendocino.

Ahora el PJ tiene como jefa a una kirchnerista menos ultra, como es el caso de Flor Destéfanis. Pero la situación sigue hablando a las claras de la marca que dejó ese peronismo municipal que eligió encerrarse en sus comunas sin interesarse por tener una visión provincial, sin debatir, y al rescoldo tibio de "empresas políticas" de tinte familiar.

¿Y el resto del peronismo que no se kirchnerizó, donde está? ¿Qué fue de los renovadores, los que querían abrirse al mundo, los que sorprendían con ideas nuevas, los que no le temían a la autocrítica, los que deploraban la violencia de los años ´70, los que imaginaban un estado de bienestar más parecido a la socialdemocracia?

El quiebre

Las reelecciones indefinidas de intendentes fueron revertidas a partir de 2018, durante la gobernación de Alfredo Cornejo, algo que recién está dando ahora sus frutos. Aquel año se promulgó la enmienda al artículo 198 de la Constitución provincial, votada previamente, que fijó una sola reelección para los jefes comunales.

Tras ese decreto, cuatro intendentes peronistas (Emir Félix, Martín Aveiro, Roberto Righi y Jorge Giménez) recurrieron a la Suprema Corte de Justicia de Mendoza para que se declarara la inconstitucionalidad de la medida, planteo que fue desestimado por el máximo tribunal. Uno de los motivos que argüían esos jefes comunales era que se conculcaban sus derechos humanos al no poder presentarse por enésima vez al mismo cargo.

Fue un golpe para el municipalismo de gestión encapsulada, ese que impidió que en el PJ se repitieran proyectos aireados, como los que se vivieron con los gobiernos peronistas de Bordón, Gabrielli y Lafalla entre 1987 y 1999.

Lo cierto es que varios de esos experimentos cerrados fueron exitosos "en el territorio" pero no lograron eco en el resto de la provincia. Omar Félix tuvo un intento de ser precandidato a gobernador que se frustró. Adolfo Bermejo fue candidato para gobernar Mendoza en 2015 y perdió frente a Alfredo Cornejo.Toros sólo en su rodeo.

Ahora resulta que en el PJ mendocino, donde habitualmente había sobreoferta de precandidatos a gobernador, nadie se quiere anotar.

Es que intuyen no sólo que las chances de ganar son casi nulas, sino que tienen miedo de tener que lidiar con el experimento nacional que se le vaya a ocurrir a la inhabilitada y condenada por la Justicia Cristina Kirchner.

► TE PUEDE INTERESAR: Las charadas de Cornejo, el voto cantado de Suarez y la sal en manos de De Marchi