Análisis y opinión

La injusticia de los precios que no paran de subir

Sergio Massa lanzó la segunda etapa de un programa -Precios Justos- que no logra entusiasmar ni bajar la angustia de los consumidores

Acaban de aumentar los precios del pan un 15 por ciento, según anunció la asociación que los nuclea en Mendoza. La carne aumentó 10 por ciento promedio hace unos días y algunos cortes tienen valores prohibitivos para la mayoría de la población. Las prepagas fueron autorizadas por el gobierno a subir hasta 8,21 por ciento en febrero y lo harán 7,66 por ciento en marzo. Y así. Los ejemplos se multiplican.

Como atajando varios penales a la vez, el ministro de Economía Sergio Massa acaba de anunciar Precios Justos II para llevar una canasta de productos, al que se suman otros 15 rubros, con un índice del 3,2 por ciento mensual hasta el 30 de junio.

La novedad, si se quiere positiva, es que en tanto se cumplan los acuerdos, los incrementos son administrados y se escapan de la lógica de la remarcación alocada en la que entran la mayoría de los productos de consumo masivo.

En todo caso, lo que debe garantizar el gobierno es que no haya desabastecimiento de artículos y marcas por las distorsiones de costos que se puedan generar en los eslabones de la cadena, o porque los industriales prefieran discontinuar algunas líneas de producción hasta obtener mejores valores.

Según los sondeos oficiales, en el primer tramo del programa habría un setenta por ciento de cumplimiento en cuanto a la presencia de los productos en las góndolas y en el respeto a los precios pactados.

El foco gubernamental está puesto en el AMBA, donde se localiza la mayor cantidad de consumidores y lugar que toman como referencia para evaluar el éxito relativo del programa, mientras que los circuitos comerciales del interior suelen tener mayor desamparo.

De todos modos, el monitoreo virtual a través de las aplicaciones móviles que están al alcance del consumidor es una buena herramienta para establecer en tiempo real quién incumple el programa y en tal caso sería pasible de sanciones, todo esto sin la absurda intervención del gremio de camioneros y otros afines al gobierno.

Por otro lado, a los industriales no les conviene desoír el llamado de la Secretaría de Comercio, que es la que a su vez tiene la potestad de autorizar la importación de insumos o bajarle el pulgar a los que sacan los pies del plato. Antes fue Guillermo Moreno y, luego de todos los que pasaron terminando en el fracaso, llegó el turno de Matías Tombolini de asumir la potestad de estar encima de los "acuerdos".

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Sergio Massa acaba de anunciar Precios Justos II para llevar una canasta de productos.

Sergio Massa acaba de anunciar Precios Justos II para llevar una canasta de productos.

El tamaño de la canasta

En la nueva fase que debería durar cinco meses se suman nuevos rubros, que contemplan artículos de la construcción y medicamentos, entre otros que forman parte de la canasta de consumo cotidiano.

Habrá casi 50 mil productos bajo control, con precios pautados para que no aumenten más de 3,2 por ciento mensual hasta el 30 de junio, explicó Sergio Massa, y quedarán "dos mil productos de consumo masivo con precios fijos".

Si bien los acuerdos del programa anterior preveían aumentos del cuatro por ciento, confiados en los ajustes fiscales que se vienen practicando, el equipo del Ministerio de Economía considera que es el momento de meterle mayor presión a los aumentos concertados.

Indumentaria, sigue siendo uno de los rubros que todavía permanecen mayormente fuera de Precios Justos, pero los funcionarios aseguran que están trabajando para acordar en breve con varias empresas de referencia los valores para amortiguar las subas estacionales, con lo cual descuentan que la ropa estará dentro de la canasta.

Motos, bicicletas, celulares, electrodomésticos también quedarán incluidos, pero entre lo más saliente del nuevo programa se encuentra la canasta escolar. En lo que respecta a las cuotas de los colegios, se ha señalado que después del 16 por ciento previsto para marzo, se autorizarán aumentos mensuales del 3,5 por ciento desde abril. Massa adelantó que trabajarán también en un programa con el Mercado Central de Buenos Aires en los precios de frutas y verduras, pero no hizo mención a los mercados de concentración localizados en las provincias.

Aunque parezca más de lo mismo, porque no se enfrentan los temas estructurales de la inflación, el empeño del Gobierno pasa por atemperar las subas en el consumo masivo, con la esperanza de que se puedan mostrar índices alejados de una espiral fuera de control. No obstante, los datos estimados de enero indican que las subas siguen sin dar tregua, mientras las expectativas inflacionarias no aflojan.

"Cuando veo que la industria hotelera y gastronómica está a full, ahora resulta que las quejas que yo escucho son que para ir a comer hay que esperar dos horas...", dice Alberto Fernández. Es claro que los gobernantes son propensos a dar la mejor semblanza posible de la realidad, pero no siempre a escuchar las quejas de los que no tienen acceso a esos disfrutes y que cada vez son más.

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