Semanas atrás, desde su finca en Tunuyán, donde vivió gran parte del aislamiento, Jorge Nanclares (70 años) se sintió satisfecho al ver que el Poder Judicial estaba de pie y funcionando -vía remota y presencial-, en medio de la parálisis por la pandemia de coronavirus.

Te puede interesarCómo funciona la nueva estafa que está circulando por WhatsApp

Se le inflaba el pecho porque sabía que en el resto del país la Justicia estaba en punto muerto. Sin embargo, su suerte estaba sellada. Debía renunciar. Y él lo sabía.

Nada iba a frenar su salida de la Suprema Corte, a la que había llegado en 1987 con treinta y tantos años de la mano del gobernador radical Felipe Llaver. Ni sus dotes de reformista, ni haber promovido la oralidad de los procesos judiciales ni la conformación de los tribunales civiles asociados.

Tampoco haber impulsado los expedientes electrónicos ni el método de mesa de entradas digital impuesto para las causas civiles para sortear a qué juzgados iría cada nuevo expediente.

Ni siquiera el hecho de haber sido reelecto hace seis meses iba a detener su salida. Por el contrario, ese acontecimiento, por las condiciones en que sucedió, marcó el principio del final de su carrera.

Nunca antes un juez de la Corte había desempatado en su favor la votación para elegir nuevo presidente por dos años como hizo Jorge Nanclares en noviembre. Y eso, en la cocina política provincial, especialmente en el ala radical, fue prácticamente imperdonable.

¿Motivo? Dos a falta de uno: al haberse erigido presidente de la Corte hasta 2021 Nanclares impidió la continuidad de la UCR en la conducción de la Corte al cortar las aspiraciones de José Valerio/Dalmiro Garay, y encima favoreció al peronismo en esa intención. El mismo peronismo que ahora tiene todas las fichas para asumir esa función vacante de un momento a otro.

Sus razones

Diario UNO habló con Nanclares el lunes a la noche. "Tiempo cumplido", sintetizó acerca del abrupto final de la carrera judicial.

Diario UNO lo había entrevistado en diciembre, a poco de su reelección.

-¿Qué cambió en apenas 6 meses para que decidiera irse? -le preguntó este lunes tras la renuncia.

-Todo lo que se generó alrededor de decisiones que tomé y que mucha gente consideró políticamente equivocadas. Si así fue y ya con el rumbo de la Justicia encaminada, prefiero seguir colaborando desde afuera del Poder Judicial.

Aludía al escándalo por los funcionarios judiciales que cobran como si fueran jueces pero que no lo son. El caso de los "equiparados", algunos de los cuales cobran hasta $400.000.

Pero también se refería al traspaso y marcha atrás de funcionarios de la Justicia Civil a la de Familia. A lo que él mismo llamó "la acordada de la discordia" y que derivó que en febrero abriera el año judicial en un acto vacío de jueces civiles, como nunca antes.

Esta es parte de la conversación de Jorge Nanclares con Diario UNO.

 Embed      

Su futuro laboral queda sujeto al cobro del primer haber jubilatorio. Mientras, seguirá en funciones. Vía remota. Pero ya sintiéndose fuera del sistema.

 Embed      

Temas relacionados: