“Esto no pasó nunca en toda la historia del pueblo. Han ultrajado la escuela. No solo robaron, sino que destruyeron, rompieron con mucha saña. Estamos asustados”. Este es el relato de una pobladora de Polvaredas, el pueblo ubicado entre montañas, camino a la frontera, a 150 kilómetros de la ciudad de Mendoza, 38 kilómetros más allá de Uspallata y a 2.400 metros sobre el nivel del mar.
Te puede interesar: FECHA DE COBRO| IFE POR CORREO: Anses informó cuándo paga el BONO de 10000 Ingreso Familiar de Emergencia sin CBU
En la madrugada del sábado último la Escuela 1-412 “Correo Salinas”, referencia del lugar, fue saqueada. Se llevaron casi todo, rompieron el resto.
En Polvaredas viven no más de 100 personas y la escuela tiene apenas 20 alumnos. El pueblo depende casi exclusivamente de la actividad turística, ya sufría la crisis y ahora, en cuarentena, aún más.
“En la madrugada del sábado varias personas entraron a la escuela rompiendo la cocina. Robaron toda la mercadería que estaba allí y que era para el comedor de los chicos. Después vaciaron los matafuegos en la galería, rompieron vidrios, robaron computadoras y rompieron otras, se llevaron el equipo de música, los micrófonos y el material didáctico y entraron a la casa habitación anexa a la escuela, donde normalmente pernoctan tres docentes cuando hay clases, y revolvieron todo y no sabemos aún que cosas se llevaron”.
El relato es de Miriam Graciela Bustos, pobladora de Polvaredas desde hace más de 20 años, madre de una alumno de la escuela, donde también ejerció la docencia y se jubiló allí.
El saqueo lo descubrió un celador el sábado a la mañana. Además del desastre, había manchas de sangre, debido a que uno de los vándalos se cortó cuando rompieron un vidrio para ingresar.
Al tiempo llegó la policía al lugar. Siguiendo los rastros con ayuda de perros y también con algunos objetos robados que fueron descubriendo en el camino, llegaron a un domicilio del mismo pueblo.
“Allí vive un ex alumno de la escuela, el padre de un alumno y otro joven. Encontraron algunas de las cosas robadas y detuvieron a uno de ellos y a los otros dos los están investigando”, dijeron en el pueblo.
“Hay mucha preocupación, porque la escuela siempre fue intocable. En toda su historia, salvo un vidrio roto por un pelotazo o por el viento, nunca nos pasó algo así”, dice Miriam.
La mujer cuenta que “en los últimos años hemos estado observando con mucha pena como Polvaredas ha comenzado a ser invadida por droga y alcohol. Acá no hay ninguna distracción para la gente joven, no hay deportiva, no se generan vínculos, no hay salidas laborales salvo la turística…”.
Sostiene que “desde hace un tiempo se habían producido algunos robos en casas y en algunos negocios. Los que los cometen son personas de acá, son algunos pocos, pero están generando algo que jamás había sucedido”.
La población de Polvaredas es poca, la matrícula de la escuela es mínima y allí los alumnos reciben merienda y almuerzo. Esa mercadería fue robada y “hasta se podría entender que hubieran robado la mercadería, para comer, pero el vandalismo es injustificable, angustiante. Han ultrajado el lugar”.