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Pruebas falsas
El 29 de septiembre pasado, Marcos Herrero llegó a Mendoza para buscar a Viviana Luna, una mujer que está desaparecida desde 2016 en la zona de Potrerillos. El hombre fue contratado en forma privada por los hijos de la víctima ya que la Fiscalía no lo aceptó como perito oficial porque no está avalado por el Ministerio de Seguridad de la Nación. Herrero se presentó en un hotel abandonado de Potrerillos que ya había sido inspeccionado por la Justicia local y en menos de media hora encontró partes de un cráneo y de un maxilar y una nota en un hotel que hacía referencia a Viviana Luna, a una red de trata de personas.
La sospecha sobre el accionar del perito privado comenzó a crecer cuando el Laboratorio de Huellas Genéticas determinó que el cráneo y el maxilar hallados en Potrerillos pertenecían a un varón. Ese mismo martes, el fiscal Pirrello se comunicó con personal de un juzgado ubicado en Río Gallegos, donde se investiga la desaparición de Marcela López (61).
En esa causa Marcos Herrero encontró restos óseos con características muy similares a lo ocurrido en Mendoza: también estaban quemados, también eran partes de un cráneo y de un maxilar y no pertenecían a la mujer buscada. Finalmente una pericia determinó que pertenecían al mismo cadáver.
Marcos Herrero fue detenido el 3 de diciembre en su casa de Viedma, Río Negro. Un vecino declaró que durante el allanamiento arrojó un bolso por la medianera que también tenía varios restos óseos. Por otro lado, en un video del rastrillaje en Potrerillos se observó que el adiestrador de perros tenía un bulto en su chaleco que luego desapareció, por lo que se sospecha que allí ocultaba las pruebas que plantó.