“Cuando hace caca en su celda, la agarra y la refriega por las paredes escribiendo los nombres de sus gatos”, detallaron sobre una de las desagradables conductas que tiene Nicolás Gil Pereg en el Penal San Felipe.
Reacio a cualquier otro ser humano, y con hábitos que supera a todo lo visto por lo penitenciarios, el israelí acusado de asesinar a su madre y a su tía en su casa de Guaymallén, empeora en cuanto a sus comportamientos.
Al principio solo era negarse a comer en reclamo de sus más de 35 gatos, los que quería tener con él en su celda del penal San Felipe.
A pesar de los pedidos de sus defensores, esto fue rotundamente negado por el Servicio Penitenciario debido a que es una medida prácticamente imposible de realizar.
Al parecer, esta negación habría afectado aún más a Gil Pereg, quien fue empeorando sus conductas.
Está aislado, solo en una celda, y no es para menos, debido a que no le gusta usar el inodoro, defeca y orina en el piso, lo que debe ser limpiado por otros internos, ya que él se niega a hacerlo.
Pero en los últimos días adoptó una nueva modalidad. Ahora, al hacer sus necesidades, toma la caca con sus manos y escribe los nombres de sus gatos en las paredes, los nombres de sus “hijos”, como él los llama.
Además, cuando necesitan llevarlo a sanidad o trasladarlo a algún lugar, los penitenciarios lo encuentran desnudo, no contesta nada de lo que le dicen, y se comporta como un gato.
La limpieza
A pesar de los desastres que hace en su celda, donde permanece solo, los penitenciarios deben sacarlo de allí para que otros internos, los que se encargan de la fajina, dejen en condiciones el lugar.
Con este nuevo hábito que tiene Gil Pereg, de escribir los nombres de sus gatos con caca en las paredes, los presos deben usar hidrolavadoras para sacar el excremento de las paredes.
El problema es que él se niega a lavarse, a bañarse y a higienizarse, lo que podría traer gravísimas consecuencias para su salud y contraer Hepatitis A, entre otras enfermedades graves.
¿Imputable o no?
Todavía no están terminadas las pericias psicológicas ni psiquiátricas para determinar si Nicolás Gil Pereg, quien asesinó a su tía a balazos y a su madre a golpes y ahorcada, es consciente de sus actos.
En el caso que los peritajes indiquen que comprende la criminalidad de sus actos, puede continuar con la imputación y seguirá el proceso hasta que la causa vaya a juicio, donde un tribunal decidirá si condenarlo o no.
Si los resultados de los estudios indican lo contrario, Gil Pereg sería declarado inimputable y recuperaría la libertad, con la posibilidad que sea enviado a un neuropsiquiátrico para atender y estabilizar su patología.
El hecho
Gil Pereg asesinó a su tía Lily Pereg de tres balazos, y estranguló a su madre, Pyrhia Sarusi, hasta matarla, a pocas horas de haber llegado a Mendoza, el 11 de enero pasado.
El hecho habría ocurrido en su casa de calle Roca, frente al Cementerio de Guaymallén, en un extenso predio donde tenía a medio construir unas canchas de paddle, donde vivía en medio de la mugre y caca de gatos.
En el fondo, en otro sector en construcción, bajo piedras y cemento fueron encontradas las hermanas después de dos semanas de búsqueda.
La imagen dejó atónitos a todos los presentes, ya que luego de asesinarlas las atravesó con hierros por la cabeza, la vagina y el ano.