La denuncia fue radicada por una joven de 25 que cuando era menor de edad convivía con Edgardo Márquez ya que era la pareja de su madre. Estaban domiciliados en una casa ubicada en calle Necochea de San José, Guaymallén. La víctima relató que entre 2007 y 2008, cuando tenía entre 11 y 12 años, fue violada en reiteradas ocasiones por su padrastro. Los abusos se volvieron a repetir cuando tuvo 14 años pero en un ciber que tenía Edgardo Márquez en pleno centro, sobre calle Garibaldi.
Al tratarse de delitos de vieja data no hay estudios médicos que puedan constatar los hechos y, a su vez, las pericias psicológicas no han finalizado. Sin embargo, la fiscal se basó en una serie de testimonios que avalaron la versión de la denunciante.
Uno de sus hermanos y una cuñada declararon en el expediente que la joven le confesó entre lágrimas los abusos sexuales a los que había sido sometida. En tanto que otra hermana de la denunciante explicó que ella se tuvo que ir de ese domicilio por temor ya que en una ocasión se estaba saliendo de bañar, el hombre ingresó a la habitación y se quedó mirándola.
Fuentes judiciales detallaron que otro testigo aseguró que en uno de los últimos vejámenes la menor de edad quedó embarazada y le practicaron un aborto.
Los abogados defensores de Edgardo Márquez plantearon en la audiencia que el sujeto puede quedar en libertad o con prisión domiciliaria. El argumento fue que desde hacía un año que existía el pedido de captura en su contra y su cliente siguió haciendo su vida normal, trabajando como productor de seguros y viviendo con su nueva pareja en una casa en la Sexta Sección. Incluso hasta utilizaba sus redes sociales y hacía posteos en Facebook pidiendo guillotina para violadores y pedófilos. Sin embargo, el juez Pina consideró que debe continuar alojado en la cárcel de Boulogne Sur Mer debido a la gravedad de los delitos que le endilgan.
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